Expresidente ecuatoriano Rafael Correa denuncia persecución política en su contra

«Como no nos pueden ganar en las urnas, como no nos pueden derrotar, buscan todas estas excusas tremendamente graves, porque estos son delitos internacionales; es una persecución política», dijo Correa a la prensa en Bélgica, donde reside desde 2017.

El exmandatario entre 2007 y 2017, que afronta una orden de prisión preventiva, solo podrá ser enjuiciado si es capturado o si se presenta ante el tribunal, pues la ley impide que sea juzgado en ausencia por ese delito, castigado con hasta siete años de cárcel.

Para Correa, la acción judicial, en su opinión plagada de «irregularidades», «no tiene ningún futuro». «Pretenden con eso tenerme desterrado siete, ocho años, hasta que prescriba» y «tenerme fuera el país para la próxima campaña electoral, en marzo de 2019», agregó.

Desde Bélgica, país de origen de su esposa, el ex jefe de Estado ecuatoriano siempre negó cualquier implicación en los hechos y ha acusado a su vicepresidente de 2007 a 2013, y actual presidente Lenín Moreno, de orquestar un complot en su contra.

Preguntado sobre un eventual regreso para enfrentar el juicio, Correa lo descarta porque sería «regresar para que te masacren con la injusticia que vive el país (…) todo está tomado. Ecuador tiene un golpe de Estado. No tenemos Corte Constitucional, la destituyeron».

Su defensa ahora pasa también por acudir ante instituciones internacionales, confirmó a la AFP, como hicieron en septiembre sus consejeros jurídicos que denunciaron esa «persecución judicial» ante el Relator Especial Especial de la ONU sobre la independencia de jueces, fiscales y abogados.

«También vamos a ir al sistema interamericano, pero (…) había que esperar esta última etapa.Ya hemos agotado todo lo razonablemente posible», avanzó. «De persecución política, tenemos muchísimas pruebas», agregó.

Sobre la petición de circular roja solicitada en julio por la justicia ecuatoriana a Interpol, de cara a una posible extradición, el ex presidente aseguró que, aunque aún no tienen «comunicación oficial», la organización de cooperación policial la rechazó.

«Si lo hubiera aceptado ya tendríamos la alerta roja.Y lo rechaza por ser un caso evidentemente político, es de libro de texto, es una persecución política», precisó.

Fuentes: CubaSí, PL, TeleSUR / Editor: Conrado Vives Anias

 

Autor