Martí pasó 15 años en Nueva York, e hizo de esta ciudad magnifica el escenario de su obra política, precisó el intelectual en un evento en la Misión Permanente de Cuba ante la ONU, donde la víspera se reunieron personas relacionadas con el proyecto de llevar a la mayor de las Antillas una réplica de la estatua ecuestre del prócer, ubicada en el Parque Central de la Gran Manzana.
Leal calificó al apóstol -como lo honran en la isla- de poeta refinado, orador magnífico y una figura capaz de unir el pasado y el futuro de las luchas por la independencia, con una perseverancia admirable y una aplicación constante al objetivo de buscar amigos y adeptos de esa causa.
De acuerdo con el historiador, en Nueva York se le escuchó en muchas ocasiones en el templo masónico, recorrió barrios, escribió sus artículos más importantes y visitó teatros y exposiciones.
“Al mismo tiempo, era posible encontrarlo en los lugares donde estaban los cubanos. Bajó 22 veces a Tampa en agotadores viajes para su salud, dejando abundantes señales de su paso”, agregó.
En su breve intervención, Leal destacó además el humanismo de Martí (1853-1895), inmortalizado por la escultora Anna Huntington en una estatua ecuestre de bronce, que capta el momento de su muerte en combate, en la oriental localidad cubana de Dos Ríos.
La imponente figura, terminada a finales de los años 60 del pasado siglo, se ubica en la parte Sur del Parque Central, acompañada a escasos metros por esculturas de los también próceres independentistas latinoamericanos Simón Bolívar y José de San Martín.
“Cuando conocí de esta estatua, hace 20 años, soñé con que deberíamos hacer una réplica para llevar a Cuba esta obra maravillosa, que representa a nuestro héroe nacional en el tránsito hacia la muerte”, señaló Leal.
Según el historiador de La Habana, el proyecto está cerca de convertirse en realidad, gracias al apoyo de instituciones y personas en Estados Unidos y la isla.