Estimados miembros del Comité Noruego del Premio Nobel,
Estimada Sra. Berit Reiss-Andersen, Presidenta
Nos dirigimos a ustedes en un tiempo de grandes desafíos para la humanidad, y también un tiempo de la mayor necesidad de solidaridad. La pandemia COVID-19 es otro ejemplo de cuán esencial resulta la solidaridad internacional en la promoción de una paz justa y en el alivio del sufrimiento de las personas durante las emergencias. Y es en este sentido que vemos como el más sincero ejemplo de tal solidaridad internacional el trabajo que el contingente médico cubano “Henry Reeve” ha venido realizando desde mucho antes de que se anunciara el brote del coronavirus. Ese hecho nos lleva a instarles a reconocer cuán valiente y ejemplar es el esfuerzo del grupo concediéndole el Premio Nobel de la Paz.
Los diversos grupos médicos cubanos actualmente salvan vidas en 24 países en América Latina y el Caribe, en 27 países africanos, 2 países en el Medio Oriente y 7 países en Asia. Ellos han estado brindando asistencia médica humanitaria a las personas durante aproximadamente 60 años, en una tradición duradera cubana de cuidado humanista de otros pueblos que es llevada a cabo incluso enfrentados a desafíos económicos extremos para la Isla, la cual sufre sanciones extremadamente duras que, en un fuerte contraste con la disposición de los cubanos, también duran más de seis décadas e imponen serias privaciones al pueblo cubano. Aún así, los cubanos han superado esta barrera para mostrar al mundo la mejor forma de construir la paz y puentes, de manera que otros pueblos puedan tener la oportunidad de vencer sus propios desafíos y no perder sus vidas antes de lograrlo. Las brigadas cubanas han trabajado en países como Perú, en el período posterior al devastador terremoto de 1970 que mató a 80 000 personas y desplazó a miles de familias (tomar nota de que Cuba y Perú no tenían relaciones diplomáticas, y no obstante, la primera ha enviado ayuda); en Haití, durante la crisis del cólera; en varios países africanos combatiendo al Ébola, y en América Latina y el Caribe, con una amplia variedad de programas que ayudaron a miles de personas.
Las “brigadas Henry Reeve”, como se conoce al contingente para emergencias, tiene una gigantesca tarea que solo un esfuerzo humanista podía realizar como lo ha hecho. Este enorme desafío está presente en su nombre: Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias. El contingente fue creado en 2005 y nombrado en honor de un joven activista estadounidense que decidió unirse al ejército de liberación de Cuba en solidaridad con la lucha de los cubanos por su independencia. En unas 28 brigadas enviadas a 22 países desde su creación, más de 7 950 profesionales han trabajado para superar los efectos de 16 inundaciones, ocho huracanas, ocho terremotos y cuatro epidemias. En la lucha contra la COVID 19, los siempre valientes médicos cubanos inmediatamente se dirigieron a varios países incluyendo a Italia, que en marzo de 2020 se encontraba entre los más fuertemente atacados por el brote. Las brigadas fueron solicitadas por los gobiernos de países como Venezuela, Nicaragua, Italia, Surinam, Jamaica, Granada, Andorra, Saint Kitts y Nevis, Haití, Dominica, Belice, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Antigua y Barbuda.
Hay 14 tales brigadas trabajando con más de 500 médicos especializados y otros profesionales de la salud, hombres y mujeres valientes que han estado trayendo mucha ayuda necesitada a pueblos en diversos países y en todos los continentes, salvando incontables vidas y mostrando la empatía y bondad humanas por las cuales siguen siendo recordados dondequiera que han estado. Este trabajo es clave en la construcción de paz en medio de conflictos violentos y estructurales y en crear condiciones para que las personas puedan tener cubiertas sus necesidades más básicas en condiciones de desastres y de extrema pobreza. Por este compromiso basado en fuertes principios con la paz y la solidaridad convertidos en una acción concreta y comprobable, por tanto, las brigadas están más que calificadas para recibir el Premio Nobel de la Paz.
Por esa razón, en representación de docenas de comités nacionales por la paz en aproximadamente 100 países que son miembros de nuestro Consejo Mundial por la Paz, nos unimos a innumerables otras organizaciones, parlamentarios y personas diversas amantes de la paz, en respaldar la nominación del contingente Henry Reeve para el Premio Nobel de la Paz. El CMP es una organización internacional no gubernamental que promueve sin descanso la paz y se opone a las guerras, con status consultivo con el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC).
Sinceramente,
Socorro Gomes
Presidenta del Consejo Mundial por la Paz y ex Diputada Federal a la Cámara de Representes de Brasil
Thanassis Pafilis
Secretario General del Consejo Mundial por la Paz, miembro del Parlamento Helénico