Cuando narra una mujer …

“Esa escena me conmovió, me tuve que poner fuerte…”, me confiesa Rosa Ileana Navarro Pupo, con todo y sus 35 años en la radio.  Locutora, actriz, conductora de programas informativos en la radio y la pantalla,  narradora de seriados históricos y de aventuras…  ha sido distinguida recientemente como Artista de Mérito del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).

A los cinco años comenzó el sueño de la radio y se tomó en serio aquel juego. Un poco más tarde, entró en espacios de aquel mítico canal Tele Rebelde surgido en tierra oriental, donde la gente tocaba a los actores… para comprobar si eran de verdad. Y cuando ya en 1987 comienza su vida laboral, el río no hizo más que correr por su cauce natural.

Me gusta escucharla. Ella es cálida, es múltiple. Son muchas Ileanas en la radio santiaguera. La del despertar reflexivo y familiar de Café con música, la conductora de Concierto informativo, un espacio de actualidad y participación ciudadana; la de Noche tropical, a pura música. Y por supuesto, la de Páginas de la historia, un dramatizado histórico que recorre la memoria del devenir cubano y más allá. Ella es la voz que lo enlaza todo, que todo lo recorre.

Me encantaba la narración de Guzmán Cabrales, de Navarro Cuello. Me detenía a verlos. Escuchaba a Pastor Felipe, a los Alarcón… Nunca pensé que alguna vez me tocaría, pero la vida es de sueños y algunos los he ido alcanzando. Un director genial como Alejandro Quiroga Illas me abrió las puertas. Era un reto, comencé muy joven cuando aun hacía programas de otro corte; pero lo tomé como una oportunidad”.

Un narrador radial necesita contar situaciones, describir ambientes, personajes , estados de ánimo. Requiere dar los desplazamientos espaciales y temporales. Eso y más. Ileana sabe trenzar el hilo de la trama, sabe hacerlo a su modo.

La radio le ha permitido sumergirse en la media centuria republicana (“En tiempos de corrupción”, escrita por Raúl Ibarra), en la tempestuosa existencia de José María Heredia  (“Oda a un poeta”, Adelaida Pérez Hung-Oscar Ruiz Miyares), la vida estoica de una cubana entera  (“Mariana, la madre de la tribu heroica de Adelaida Pérez Hung) y en la memoria de 90 años de la propia emisora donde labora, la CMKC (“En el aire, el corazón”, de Leandro Báez Blanco).

Cada situación requiere sus propias intenciones, matices diferentes, y todo eso, inevitablemente va de la mano, va por dentro. Ahora puede ser una escena romántica, después una bélica, surgir una discusión… y todas las escenas tienen que ser creíbles.  Eso requiere disciplina, respeto. Requiere  poner el corazón.

Soy una mujer apasionada y me gusta que se sienta esa emoción cuando narro. Yo casi lloro con la voz, me erizo. A veces tengo que controlarme, pero siempre me impongo.  Tal vez ahí radique la marca, la diferencia en un imperio que ha sido masculino por tradición, pero la exigencia es la misma. Narrar es adentrarse en la vida, la narración no tiene favoritos”.

 


  • ESCUCHA / Breve fragmento de la narración de Ileana Navarro Pupo

 

 

 

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