por Para conocer acerca de las interioridades de su actuación en esta nueva puesta en escena de la emisora de la familia cubana, nos acercamos a la joven actriz santiaguera en los estudios de grabaciones de la Onda de la Alegría.
¿Cómo es Naná?
Naná se corresponde con la sociedad de una época en que las mujeres no tenían muchas alternativas. Era una cortesana. Le gusta la riqueza, el poder, el dinero. Es una víctima de su crianza, de su entorno familiar, de su tiempo.
Me gusta mucho el personaje. A veces es vulgar, además de fría y calculadora. Pero esos defectos contrastan con algunas cualidades que me hacen trabajar más. Eso me agrada. Por ello, le doy las gracias a quienes pensaron en mí para hacerlo.
¿Qué mecanismos utilizaste para asumir el personaje?
Siempre intento ponerme en el lugar de Naná. Pensar qué haría yo en cada situación, lo que hasta ahora me ha dado muy buenos resultados. Se trata de un recurso del método Stanislavski, muy útil cuando te quieres meter en la piel del personaje. Tengo que despojarme de todo lo que tiene que ver conmigo para convertirme en ella. Es la única forma de interpretarla adecuadamente.
La carga emocional del personaje ha influido en Viki?
Ha habido escenas que me han conmocionado, produciéndome tristeza, incluso pesar. Por otra parte, a veces la he detestado por sus decisiones. Todo esto se agudiza. Tengo entendido que los capítulos finales van a ser tremendos.
¿Naná figura entre los personajes que más te han exigido como actriz?
Un personaje como este, tan rico en matices, resulta lógicamente exigente para cualquier actriz. Debe tenerse en cuenta que Naná es demasiado diferente a mí, lo que supone cierto nivel de dificultad.
¿Qué te ha aportado Naná?
Valores espirituales. Me ha dejado una enseñanza. Ella ha pasado por situaciones que se han parecido a algunas que me ha tocado vivir y he dicho: caramba, no voy a tomar este camino porque quizás me pueda pasar lo que a ella. Para mí, como actriz ha sido un trabajo lindo, al que le pongo todo mi corazón y entrega.
Viki Suárez es una joven profesional de altos quilates. Ha sido capaz de extraer la esencia de Naná y mostrarlo al desnudo, para convertirse durante veinte minutos de cada emisión en una mujer con un universo lleno de conflictos y claroscuros.