Desde hace más de veinte años actúa en espacios dramatizados, pero a mí particularmente se me hace interesante su profesión de escritor. En nuestras pláticas me ha comentado cuánto tiene que investigar si escribe una novela histórica y en esas pesquisas descubre hechos inéditos hasta ese momento.
Son satisfactorios los resultados de Dorge en su faceta como escritor de radio. Sin buscarlos han llegado premios, aunque para él su mayor presea es el disfrute por lo que hace cuando su imaginación se remonta para traer a la vida personajes y conflictos que cautivarán a miles de personas.
Quienes hacemos radio tenemos el compromiso de legar a quienes nos releven todo el conocimiento posible. Inspirado en ese propósito es que una de mis pláticas amistosas con Dorge se convirtió en la entrevista que sigue.
Dorge, ¿cómo comenzaron tus avatares en la radio?
- Conocí a Fernando González Castro en 1996. Ya yo escribía poesía y empezamos a hacer tertulias, y él me invita a un curso de actores para la radio. Pasé aquel curso, lo terminé y desde 1999 trabajo en la radio como actor.
¿Y en cuanto a tu profesión de escritor?
- En cuanto a eso empecé a incursionar en la radio y me habilité a través de talleres y cursos de dramaturgia radial y guiones, para adquirir todo lo que se necesita para escribir para el medio.
Un día me dijiste que eres villaclareño.
- Nací en Santa Clara, pero cuando conocí a Fernando vivía ya en Cienfuegos. Empecé a trabajar como actor en Radio Ciudad del Mar y después trabajé durante casi 17 años en CMHW. Ahora regresé a Radio Ciudad del Mar.
¿En qué momento debutaste como escritor de radio?
- Fue con un cuento original que escribí, una comedia, recuerdo que me fue difícil y quedó largo, se fue de tiempo. Y en cuanto a esto es lo único que recuerdo que una asesora me haya señalado, siempre sucede en los comienzos, me devolvió el guión y tuve que llevarlo a 20 minutos. De ahí en adelante ha sido una carrera ininterrumpida.
¿Me puedes decir el título de aquel cuento?
- Sí, cómo no, se titula «Entre almohadas». Recuerdo muchas anécdotas de aquel cuento, de si gustaba o no, pero al final funcionó, aunque me quedó largo y lo tuve que ajustar al tiempo.
¿Cuáles géneros de dramatizados prefieres escribir?
- La comedia la disfruto y si me toca actuarla, por favor, pero el melodrama como tal también lo aprecio mucho. No sabría decirte si tengo predilección por uno determinado porque hablando de géneros me gustan todos.
¿Trabajas o has trabajado por encargo?
- También he hecho obras por encargo. Hay una novela titulada «Caminos de vida», recuerdo que Ana Menéndez Barroso, asesora de la W con mucha experiencia, ya retirada, ella un día me dijo Dorge, yo quisiera hacer algo bien costumbrista, algo que se ha perdido un poco. Sabes que ese costumbrismo nuestro tiene mucho sazón, es muy rico, y empezamos a hacer una cosa, que cuando aquello se podía, casi contra el horario de la programación. Es decir, yo trabajaba en la novela, la escribía y a veces para la otra semana no tenía escritos los guiones, incluso hoy no tenía el de pasado mañana. Fueron 100 capítulos y quién te dice que sin proponérmelo, fue Premio en la 3ª Bienal Internacional de Radio que tuvo como sede La Habana en el 2012. Aquello me sorprendió porque no lo esperaba. También he escrito teatro por encargo.
Sé que escribes para varias radioemisoras
- Sí, también escribo para Radioarte, Radio Progreso, Camagüey, Sancti Spiritus, Matanzas, unas cuantas emisoras. Novelas, teatros, cuentos, pero en especial para Radio Arte, las novelas y aventuras.
¿Qué géneros escribes en particular para Radio Progreso?
- En Radio Progreso presenté un proyecto humorístico, también he escrito para allá policiacos y aventuras.
Cuéntame de tu cotidianidad como escritor de radio
- No tengo horario. Hay quienes dicen que escriben por oficio, pero yo realmente no he experimentado eso, el oficio se adquiere con el trabajo, pero aparte de mi compromiso como actor que implica cumplir un horario, y cuando llego a mi casa si no tengo deseos de escribir, no escribo. A veces cuando como veo un poco de televisión, reposo un poco y a las diez de la noche me senté y estoy hasta las dos de la madrugada escribiendo. En ocasiones tengo el día libre, me levanto con la idea de que tengo que escribir, pero siempre con el deseo de hacerlo. Nunca podría escribir porque tengo que hacerlo, porque tengo una norma.
¿Cuándo prefieres escribir, de día o de noche?
- No tengo horario fijo, nunca me impongo horarios. Conozco compañeros que escriben de noche nada más, se levantan a la una de la madrugada y escriben. Los hay quienes tienen programas unitarios que los escriben de madrugada y entregan el guion temprano en la mañana. En mi caso ni me lo he propuesto ni lo he hecho. Solo me fijo un horario cuando tengo un compromiso de entrega y lo cumplo.
¿Cómo percibes cada uno de los personajes de tus libretos?
- Los visualizo a todos. A veces estoy escribiendo en la casa y mi mujer ha entrado de momento y me ha visto llorando o riéndome o haciendo un niño, un viejo, pues la parte actoral me da la posibilidad de escribir un capítulo reclinarme en mi silla y actuarlos a cada uno.
¿Tienes sugerencias para los escritores que apenas van a iniciarse?
- Les diría que en el arte lo principal es la creatividad, y en el caso de escribir como tal, no hay un curso, un taller, una escuela que te haga escritor. Eso lo trae uno con la vocación y lo demás lo pule a uno. Así que teniendo esa herramienta fundamental que es la vocación de escribir, enamorarte de tu trabajo, de tu proyecto, sentirlo. Tengo la ventaja de que como soy actor cada uno de mis personajes los actúo mientras escribo y cuando estoy escribiendo algo, lo disfruto. El que quiera escribir una novela, un cuento, que no lo haga porque quiero solamente sino con ese deseo del que te hablo, no por oficio. Además preguntar a la gente que sabe, vincularse en talleres, escuchar a los más viejos y preguntar. Hay quienes no les gusta escuchar, y si no es así no se aprende. Los escritores de mayor experiencia son la memoria viva que nos queda. Otro detalle, escribir para que nada sobre ni falte.