Miguel Barnet: No ha llegado el día más triste de mi vida (III)

-Ternura.

-Poesía.

-Totalidad.

-Verdad.

-Verdad.

-Escándalo.

-Diversión.

-Arcoiris.

-Cursilería.

-Vanidad.

-Yo.

-Muerte.

-No existe

-Tarot.

-Misterio.

-Amistad.

-Belleza.

-Amor.

-Odio.

-Locura.

-Juana Borrero.

-Para ti, Miguel ¿qué es la fama?.

-Mira, cuando dijiste vanidad te respondí yo, para molestar, para herir, para romperle el equilibrio a quien me estaba haciendo la pregunta, Pero en realidad, creo que la vanidad, un poquito de vanidad, si quieres que te dé mi concepto de la vanidad, es necesaria y también es necesario un poquito de autosuficiencia para la creación, para estar seguro de lo que tú estás haciendo en el proceso de la creación. Entiéndanme,  por favor, señores. Ahora bien, la persona, una vez lograda esa obra, si sigue enfatuada, encaramada en un pedestal, puede caer y darse un gran trastazo en la cabeza y romperse en pedazos, como una figurita de porcelana, Por lo tanto no creo en la palabra modestia, ni tampoco en la excesiva modestia que es falsa. n uno debe haber un equilibrio. Cuando se tiene el reconocimiento y el aplauso hay que sentirse solidario y tiene que atravesarlo una corriente de modestia. También un poco de autosuficiencia, de vanidad, ayuda a crecer, a trabajar, a no desplomarse. No se puedo ser vanidoso ni excesivamente modesto. De la fama puede hablar Chaplin, García Márquez, Carpentier, Alicia Alonso, pero no creo que yo sea un hombre famoso. Y si lo fuera sería el mismo, sólo que con ese abrigo, porque la fama es un abrigo y no una coraza. La fama depende de quien la reciba y a quién se le dé. A veces se le da a quien no la merece. Hay personas que en vida son famosos  y cuando se mueren, su fama pasa y eso ocurre  porque tenía el poder y la gente les adulaba y no hablo de políticos, hablo de escritores y artistas que han sido famosos y luego pasaron al éter. No puedo hablar de la fama porque no la he sentido. Lo principal es que una tenga la encarnadura humana, que no la pierda. He conocido  a personas alambicadas y me he dicho con ironía : Caramba, cómo se sentirían con un catarro o en esos momentos difíciles en que los seres humanos caen en baches. La gente que cree ser el centro y  el ombligo del mundo olvidan que polvo somos y al polvo iremos.

– Su día más triste en el tiempo vivido?.

-Voy a decirte una cosa muy tremenda: todavía no ha llegado el día más triste de mi vida.

-¿Y que día ha sido más importante?.

-Te voy a decir una cosa muy tremenda: todavía no ha llegado el día más importante de mi vida.

-¿Qué  horario del día prefiere para escribir?.

-La mañana es mejor. Se tienen las neuronas más despiertas a las nueve o a las diez de la mañana. La tarde, después de las cinco, es más melancólica, más reflexiva. La novela es para la mañana, cuando uno está más cargado..

-Cuando comienza una novela ¿la lleva hasta el final sin interrupciones o hay separaciones y regresos intermitentes?.

-Me separo, me peleo, vuelvo a ella.

-¿Escribe a mano?.

-Sí… yo soy  como los monjes medievales.

-¿Se le desatan manías a la hora de la creación?.

-Ordeno, ordeno, ordeno…tengo que ordenarlo todo…mi cabeza necesita orden…el exterior ordenado para hacerme la ilusión de que mi cabeza está ordenada, que no lo está.

-¿Qué  mes del año le interesa?.

-Enero. El mes en que nací. Me gusta el invierno. Vivo en Cuba porque soy muy patriota, pero el clima que me encanta es el de Inglaterra.

-¿Le han leído alguna vez la mano?.

-Muchas veces.

-¿Es hogareño?.

-Mucho.

-¿Ha escrito cartas de amor?.

-No, porque después las leen los intrusos y empiezan las conjeturas. En realidad tengo cierto pudor en hacer el  papel de tonto.

-¿Qué día de la semana prefiere?.

-Los de acción, vida, movimiento. El día que llega gente con miradas alegres, con cariños, con ofrendas..

-¿Conserva los manuscritos de sus obras una vez publicadas?.

-Me deshago de ellos rápidamente. No guardo nada. Eso no puede interesarle a nadie.

– ¿Ni a la brujas?.

– Ni a ellas.  Son muy pendencieras y curiosas, aunque que llevo bien con ellas.

– De no haber sido escritor ¿qué le hubiera gustado ser?.

-Dulcero.

-¿Algún mensaje para los amigos?.

– Que se porten mal de vez en vez que es más divertido.

-¿Y para los enemigos?.

-Te dije que no reconocía a mis enemigos.

-No hemos hablado de deportes.

-El mío es hacer gelatina y el deporte de la retina: leer.

-¿Volveremos a conversar?.

-Los seres humanos no dejan de comunicarse totalmente. Siempre existe una comunicación misteriosa., un toque en la puerta, una puerta que se abre, otra  que se cierra, otra que se puede abrir y eso es lo más hermoso de la vida. Por eso yo creo en los espíritus.

-Yo también.

No sé  si será Miguel Barnet el que toque a mi puerta o si en el espacio de tiempo hasta la próxima entrevista se cierre una puerta o se abra otra o no se abran. De cualquier forma: la creencia se mantiene.

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