¿Cuáles fueron los factores motivacionales que inclinaron su vocación hacia la literatura, y consecuentemente, se dedicó a su ejercicio en cuerpo, mente y espíritu?
Desde la infancia y adolescencia, sentía marcada predilección por los libros y la lectura. La apremiante necesidad de escribir apareció con posterioridad.
En 1995, o sea, hace casi dos décadas, comencé escribiendo guiones cinematográficos; de los cuales uno fue laureado en el Festival Cine Plaza, en la categoría guiones inéditos.
Si bien yo escribía Caso cerrado para Radio Arte, en la Emisora de la Familia Cubana salió al aire Rosa de fuego, y luego, Rumba en el corazón, que es la historia de Malanga, el rumbero, una serie estructurada en 56 capítulos. Agente Especial incluyó en su horario habitual las aventuras En el corazón del mal (2007) y Pato Macho (2012), y ahora transmite Empinando sueños (2013), mi penúltima radionovela.
¿Qué lo inspiró a escribir Empinando…, que tiene el mejor aval al que puede aspirar un espacio radial, y por supuesto, el autor: la favorable acogida por parte de la audiencia nacional y fuera de nuestras fronteras geográfico-culturales?
Empinando… forma parte de una trilogía, integrada por El amor en tiempos difíciles, Día como hoy, y por supuesto, el título que está en el aire…, el cual registra hechos narrados por personajes que proceden de la vida real. Surge como una verdadera urgencia, porque las fuentes documentales primarias estaban desapareciendo físicamente y había que luchar contra el tiempo y la muerte; dos enemigos contra los cuales no hay armas eficaces para combatirlos […], hasta donde yo conozco.
El argumento tiene como referente literario un texto dedicado a los 55 años del triunfo revolucionario.
En los personajes positivos, podemos descubrir —por medio de las acciones que llevan a la práctica y actitudes heroicas que adoptan— los valores éticos, patrióticos, humanos y espirituales en que se estructura la nación cubana. Los contravalores, que los hay en el comportamiento reprobable de los personajes negativos, aprendemos a rechazarlos, y consecuentemente, eliminarlos, ya que son ajenos por completo a nuestra identidad como pueblo.
De acuerdo con hallazgos de encuestas realizadas por el departamento de Investigaciones Sociales de Radio Progreso, Empinando… ha devenido un éxito de público. Como le comenté al inicio de la entrevista, me ubico como amante del género, y no como escritor, ya que mi objetivo fundamental deviene alimentar el intelecto y acariciar el espíritu de los radioyentes y cibernautas que la escuchan a través de Internet.
Por otra parte, el equipo de realización es insuperable desde los puntos de vista técnico, artístico y profesional. Me parece que no es necesario continuar fundamentando el hecho de por qué Empinando… constituye todo un acontecimiento en la parrilla de programación de Radio Progreso.
¿De las muchas anécdotas, experiencias y vivencias registradas en su archivo mnémico, podría relatar alguna que le haya dejado una impronta en la mente y en el alma?
Hay infinidad de ellas, pero hubo una que me marcó para siempre: cuando el maestro Santiago Álvarez (1919-1998) me entregó el premio al mejor guión inédito Rumba en el corazón, que concursó en el Festival Cine Plaza (1996). Eso es algo inolvidable para cualquier creador audiovisual. ¿No lo cree así, periodista?
¿Podría comentar cuáles son sus proyectos literarios a corto, mediano y largo plazos?
Claro que sí, ya que no se trata —en modo alguno— de información «clasificada». En fase de producción, por ejemplo, se hallan Tras la pista del coyote (policiaco), El final de una ilusión (cuento), Amores en tiempos difíciles (género histórico) y Días como hoy, radionovela dedicada a la forma de vida del campesinado cubano contemporáneo, que nada tiene que ver con la visión edulcorada que ofreciera de ese segmento poblacional rural la recién concluida telenovela Tierras de fuego, que exhibiera el Canal Cuba Visión de la Televisión Nacional.
¿Algún consejo o recomendación a los «pinos nuevos» que se inician en el campo de la literatura?
Que trabajen con amor, que sean auténticos, y que no se dejen arrastrar por corrientes foráneas, que nada tienen que ver con nuestras tradiciones. Si quieren tener un futuro mejor, tienen que conocer el pasado, porque el presente se sustenta en lo que ocurrió en épocas pretéritas.
Al finalizar el diálogo con el narrador Omar Dugués Álvarez reafirmo su criterio: soy un oyente que escribe dramatizados.