Ismael Rensoly: la radio es un proyecto de vida

A partir de criterios tan sustanciales y firmes se entiende el premio alcanzado por este destacado radiofonista cubano en la reciente edición de los Premios Caracol de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), específicamente por uno de los capítulos de la serie histórica titulada «Entre libros y pólvora», transmitido hace algún tiempo por Radio Rebelde.

Sobre esa producción, comenta Rensoly: «Esta serie responde a uno de los hechos de nuestra historia que más me impresiona: el asalto al Palacio Presidencial el 13 de Marzo de 1957 por un grupo de jóvenes, que dada la sicología de la edad, debieron estar más inclinados hacia el estudio y el divertimento (y de hecho fue así), pero más allá de las atracciones de la vida, decidieron, a plena luz del día, ir a ajusticiar al Presidente de la República en su propia madriguera, como diría el propio José Antonio en su espectacular alocución».

Fue un acontecimiento histórico que desde muy joven le cautivó, además de «la poderosa personalidad del líder estudiantil». Tanto fue así que desde sus comienzos en la radio se propuso acercarse alguna vez a personas que estuvieron cerca de José Antonio o fueron ompañeros suyos de lucha.

«Finalmente la vida me premió y gracias a una amiga que estuvo vinculada a algunos de aquellos jóvenes, pude acceder al menos a la primera entrevista que pude realizarle a Guillermo Jiménez, miembro de la Dirección Nacional del Directorio 13 de Marzo, y gracias a él contacté a otros compañeros de muy alta valía, entre los que se encuentran (por sólo citar a tres) Julio García Oliveras, Marta Jiménez -viuda de Fructuoso Rodríguez-, y Rolando Sartorio, alias «El Americano», dada su fisonomía anglosajona.

Y precisamente fue la entrevista que le realicé a este último la ganadora del certamen. Me llamó poderosamente la atención su relato de cómo entró a tiro limpio en la mansión presidencial y cómo aquello se convirtió en un infierno con aquellos enfrentamientos con la guarnición palatina prácticamente a «boca de jarro», y tanto peor fue cuando se quedaron sin parque y se vieron forzados a salir del lugar corriendo en zigzag para evadir los disparos que les hacían desde la azotea de la edificación, convertido él y los que lograron salir con vida en blancos fáciles».

Relata que Sartorio «pudo escapar milagrosamente de los tiros que caían y le silbaban casi al oído; logró cruzar la calle y esconderse en el falso techo del lobby del Hotel Parkview… y ahí permaneció escondido hasta la mañana del día siguiente, el 14 de marzo en que gracias al buen corazón de un empleado del ese hotel logró disfrazarse con el uniforme de ese establecimiento y así burlar el estricto cerco policial que se tendió varias manzanas a la redonda del Palacio».

Lo más original del capítulo premiado es que el protagonista le contó toda aquella historia en cuartetas, debido al gusto que tenía por la poesía. Eso es, en opinión del realizador-director cubano «el valor que tiene su trabajo, por lo demás, un tipo locuaz y cubanísimo».

El destacado creador expresó que es de esta manera que siempre le ha gustado hablar de nuestros héroes y mártires. «…No fueron perfectos ni inamovibles, todo lo contrario, fueron seres humanos soñadores como cualquier otro que prefirieron dar su vida por la justicia», señaló.

Cuando le pregunté acerca del equipo de realización que formó colectivo con él para llevar el espacio a vías de hecho, declaró: «Algo más que pueda decirte es que el guión, la grabación, la dirección y la edición son míos, y para la locución llamé a Betsy Acosta quien lo hizo de manera impecable».

Ismael Rensoly Sánchez nació en Guanabacoa en 1953, cuna de glorias de la cultura cubana; villa de la que bebió buena parte de su savia para desarrollar el talento que posee.

Ejerció el magisterio como parte de la Plantilla Especial del Ministerio de Educación, correspondiéndole el honor de haber sido uno de los internacionalistas que cumplieron misión en la República Popular de Angola.

Fue profesor del primer Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas de Cuba, hasta que empezó a trabajar en el periódico «Granma», donde publicó informaciones bajo la supervisión de la maestra del periodismo cubano, Marta Rojas.

Redactó notas para Radio Liberación y tiempo después se incorporó a la plantilla de Radio Rebelde, donde se elevó con múltiples premios en Festivales Nacionales de la Radio. Director de programas informativos, y especializado en el radioperiodismo de investigación, su trayectoria abarca prácticamente todos los géneros posibles dentro del medio radiofónico.

Desde noviembre de 1985 labora en Radio Taíno, donde ha dirigido espacios noticiosos, así como musicales y variados; todo ello combinado con su quehacer de guionista. Su presencia rebasa las fronteras nacionales, ya que ha visitado Nicaragua, Argentina y Uruguay como participante de eventos y para el intercambio de experiencias con colegas de esos países.

Cuenta entre los radiofonistas fundadores de la emisora Habana Radio, adscrita a la Oficina del Historiador de la Ciudad. Allí dirige y conduce el popular espacio musical «La Victrola»; continúa trabajando para «Taíno» y «Rebelde», en esta última se desempeña como Director General del programa informativo «Haciendo Radio».

Ostenta la Distinción por la Cultura Nacional; la condición de Artista de Mérito del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT); el Sello conmemorativo 55 Aniversario de Radio Rebelde y un Reconocimiento firmado por el Comandante en Jefe Fidel Castro en ocasión de los 45 años de la fundación de la Emisora de la Revolución.

Con este impresionante currículum, un realizador como Ismael Rensoli es indudablemente una voz autorizada para aconsejar a las nuevas generaciones que abrazan la radio como una profesión.

«Que hagan radio para los cubanos y que no estén inventando lo que está inventado. Que no traten de parecerse a nadie ni de seguir corrientes que no nos pertenecen, que traten de ser como son. El que haga radio, que la haga tal y como es, que hable tal y como es y diga las cosas como son. Imitar es malo, aunque esto difiere mucho de tener influencias de otras escuelas, de otros estilos, eso es otra cosa».

«Estoy hablando de la autenticidad; cuando las cosas son auténticas son veraces y convencen. Lo que para mí es una divisa fundamental es que cada vez se necesitará más en Cuba hacer radio para los cubanos, aunque parezca una simpleza. Que camine, que gesticule como los cubanos, que piense como los cubanos, que actúe como los cubanos, que se parezca cada vez más al lenguaje de la calle, al paisaje callejero que para nada quiere decir vulgaridad sino el criollismo ese que nos caracteriza».

Añade además: «La radio en buena medida pudiera sustituir la vieja victrola que difundía la mejor música cubana, pero con un espectro mayor: puede abordar seriales históricos, remembranzas de grandes cubanos, de grandes momentos de la historia en general. Bien utilizada es más efectiva; sobre todo, como un elemento educativo». Sin dudas, consejos de un prestigioso creador para quien la radio es un proyecto de vida.

 

Autor