Cuando la voz también cura

Así transcurrieron semanas, fui cómplice de las oyentes que seguían la estelar locución del joven alegre y jovial en El vacilón del mediodía, uno de los programas de la emisora municipal con el que se ganó el respeto y la admiración de sus colegas y amigos.

Pasaron pocos meses y por fin conocí a César Díaz Ariosa, un joven de 25 años de edad que cree fielmente en desafiar al destino por amor. Así llegó a Camagüey, mientras me convencía de que era lo suficientemente bueno como para confiarle una de las personas más importantes en mi vida.

César, además de aliviar el alma con la palabra, trabaja en el hospital clínico quirúrgico y docente Amalia Simoni, de la capital agramontina, como residente en Geriatría, una especialidad importante en el contexto cubano actual. Para este recién graduado es un reto diario, pero sabe que el país necesita profesionales comprometidos como él.

Me cuenta que la Geriatría es una especialidad que requiere sacrificio y conocimiento, está en constante interacción con el paciente, sobre todo con los más longevos. Una manera sublime de participar de un llamado a respetar y amar a nuestros ancianos desde su profesión.

Palabras sinceras que tienen  respaldo en la frase de una amiga: César le salvó la vida a mi abuela, es un profesional excelente y dedicado.

Cualidades estas que se reconocen también hoy en Radio Cadena Agramonte, donde en el mes de septiembre último comenzó a trabajar en el noticiario Órbita y luego se sumó a los colectivos de Discorama y De 9:00 a 11:00.

Habilidades que aprendió en la Villa de los Laureles desde su incursión en el juvenil ¡Hola futuro!, inicio de un camino como director y realizador de sonido radial.

Tiene su firma el primer dramatizado de Radio Placetas y la materialización del programa Radio Consultorio: Agenda abierta, con el objetivo de facilitar temas de Salud para la población, logros retribuidos  con dos premios en el Festival  de Radio Joven Dial Centro y en Ultrasonido de Las Tunas.

Ahora escucho su voz por la frecuencia de la emisora provincial camagüeyana y me enorgullece que sea parte de esas personas que devuelven, con su talento, simplemente amor.

Ahora sé que sí es lo suficientemente bueno como para ganarse mi amistad y admiración, como para curar también con la voz. 

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