Robertico Núñez: El mundo mágico del sonido y un talento que emana del alma

Las palabras exactas para expresar la actitud de Robertico Núñez ante su trabajo, creo que nunca las encontraré. Los más de veinte años dedicado al medio radial pudieran significar mucho para los que apenas nos iniciamos en el oficio. Para otros, ser fundador de la Radio- Revista Haciendo Radio constituye un hecho de significativa relevancia. Para mí el verdadero mérito está en que en la actualidad Robertico aún aprecia su profesión como una de las cosas más valiosas que le ha pasado en la vida, y no se refiere a la musicalización como un trabajo, sino como a algo que lo apasiona desde el mismo momento que se posicionó frente a una máquina de sonidos, allá por los años 80.

Prácticamente nació en los pasillos del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT). Su padre trabajaba en el Instituto y de pequeño Robertico correteaba y saludaba a grandes de la locución como  Franco Carbón, a la vez que asistía a los programas que este realizaba. «Con el tiempo me fui interesando y preparando en las materias hasta que comencé como auxiliar de audio en el programa Sorpresa de la antigua Radio Liberación. Tuve la oportunidad entonces de trabajar con buenos grabadores que poco a poco fueron enseñándome la técnica de lo que es la realización sonora. Así comencé a enamorarme de la profesión, me evalué y me gradué como editor.»

Ser dispuesto para trabajar es otra de las características que definen a Robertico como figura de la radio. «Cuando se fundó Haciendo Radio, recuerdo que el director quería para ese espacio a muchachos jóvenes con ideas renovadoras, por mi parte acepté el reto y me incluí dentro del colectivo de la Radio Revista. Mi trabajo se centraba fundamentalmente en la cabina, aunque también practicaba como editor».

Robertico Núñez se muestra orgulloso de sus inicios en la radio, de la cantidad de periodistas que han pasado por su cuarto de edición y por su turno de trabajo como editor, esencialmente del informativo de Radio Rebelde, cuando tuvo la oportunidad de trabajar junto a los realizadores y creadores de programas que hoy son insignias de la radio en el país. Con su voz calmada afirma que  «prefiere los espacios informativos para transmitir sus mensajes a través de la música».

Novelas, musicales, informativos han contado con la realización de Robertico. Un hombre que con tanto talento en la musicalización decidió dedicar su vida a la radio.

«La radio constituye un mundo muy amplio, uno como realizador tiene muchas más posibilidades de creatividad en el sonido radial que en el televisivo. La televisión se apoya en la información visual para descifrar los mensajes. En la radio, por el contrario, se vive en un mudo mágico respecto al sonido, porque hay que imaginarse los instantes y el momento desde este, para llevar al radioyente a la realidad que se les quiere mostrar. Cuando uno realiza un trabajo para la radio, si hay una buena selección de la música, una buena comunicación por parte de un periodista, por ejemplo, y una buena grabación del momento, el trabajo debe salir perfecto.»

Robertico Núñez es de las personas que opina que el trabajo puede ser lo más hermoso si lo sabemos apreciar, pues asegura que quien hace lo que le apasiona en su profesión, nunca tendrá trabajo. «Para trabajar en el medio radiofónico, hay que estar enamorado de la radio, tener oído musical y sentir lo que uno hace porque la técnica no tiene arte, el arte está en los hombres, en sus manos, en su corazón, en lo que ve y en lo que oye.»

No dudo que como ingeniero eléctrico, profesión que de pequeño le hubiese gustado estudiar, Robertico Núñez hubiera sido brillante, pero para suerte de todos los radialistas en Cuba, actualmente y como uno de sus miembros más queridos, forma parte de esta gran familia que es la Radio Cubana.

Pero con tanto tiempo en el medio y tanto camino recorrido en la realización radial, apenas hablamos de los premios y reconocimientos con los que cuenta en su aval, y cuando yo inducía mi pregunta Robertico siempre me respondía con la misma respuesta «la verdadera recompensa al trabajo bien hecho, es la oportunidad de poder hacer más».

«Me considero un enamorado o un chiflado de la radio, como quieran llamarle, y en estos momentos conservo muchos recuerdos de tantas figuras con las que he compartido y momentos cruciales que no puedo sacar de mi alma», susurra Robertico y se seca las lágrimas que brotan de sus ojos en señal de la veracidad de sus afirmaciones que pude constatar durante el instante que compartí con él.

Su talento emana del alma. Su obra resalta por el amor que le impregna. Y es que como dijera el ensayista norteamericano Elbert Hubbard «una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario». Así es Robertico, abnegado, inteligente, apasionado y creativo, un hombre sorprendente en su trabajo.

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