Con un guión pre elaborado llegué el martes al encuentro justo a las diez con treinta minutos.
Sería en su hogar donde me recibiría mi entrevistado quien hasta ese entonces había provocado en mí una sensación de temor, pues sin dudas tenía la convicción de que me encontraba frete al periodista en activo más longevo de la Radio Cubana en la actualidad.
Toqué a la puerta e inmediatamente me recibió. Traía en mis manos una agenda que Lino me arrebató para preguntarme qué leía. Me convidó a pasar y a sentarme en un sillón que tenía frente a una mesa cargada de libros, papeles y recuerdos. Mientras me acomodaba y sacaba mi guión, me ofreció agua y café. Minutos más tarde comenzamos el diálogo rememorando los inicios de Lino Betancourt Molina en Guantánamo.
LB: “Cuando terminé el bachillerato, era dirigente estudiantil, lo cual me había dado vínculo con la emisora en la antigua provincia de Oriente. Pensé matricular en la Universidad para estudiar Derecho, pero un antiguo periodista, muy amigo mío, me propuso que comenzara a hacer periodismo pues él veía en mi cualidades para lograrlo”.
Comenzaba de esta forma Lino Betancourt a fungir como periodista, apropiándose de las técnicas mientras pasaba el tiempo y la práctica se hacía más directa con la profesión. Las habilidades de saber improvisar, redactar y escribir en la máquina le valieron para que comenzara a insertarse en un sector hasta ese entonces desconocido. Muchos retos supusieron sus inicios en la profesión. Se formó haciendo trabajos críticos sobre asuntos relacionados con el gobierno, en una época donde la buena memoria sería la clave para un buen desempeño en la profesión teniendo en cuenta que no existía varios adelantos de la ciencia como la grabadora, por lo que el periodista para realizar sus trabajos debía poner algo más que empeño.
Al mismo tiempo que se insertaba en la rutina de los periodistas, se fue apropiando de las técnicas de locución, de manera que leía en vivo sus propios trabajos para la Radio.
En no mucho tiempo conoció sobre los géneros periodísticos, apropiándose de cada uno de una manera muy peculiar, convirtiéndose en cronista, comentarista y articulista, pero cual no sería mi sorpresa cuando Lino me refirió, luego de tantos años de profesión que respetaba mucho la entrevista, pues lo caracteriza gran timidez para dialogar con las personas desde un primer momento. Y en este sentido resalta la crónica y el artículo periodístico como géneros predilectos.
LB: “Para realizar una entrevista hay que prepararse muy bien, tratar de saber la mayor cantidad de datos posibles sobre los entrevistados, conocer sobre su trabajo. Es realmente sorprendente ver a un periodista hacer una buena entrevista, notar cómo guía a su entrevistado llevándolo a las respuestas de las preguntas que él quiere saber. La crónica tiene más poesía, no es la noticia fría en sí misma, no tiene lead.”
Avanzaba Lino por los caminos del periodismo y a su paso se enamoraba más de la Radio como medio de comunicación.
LB: “Cuando descubrí cómo se hacía el periodismo radial, me di cuenta que era algo mágica, porque uno trata y logra hacer que el oyente este viendo la situación aunque estemos en un estudio cerrado, es decir, si el periodista en la Radio es inteligente puede trasladar al oyente a determinados escenarios.
Cuando tenía alrededor de nueve años de edad fui junto a unos compañeros a una emisora en Guantánamo, la CMKS, fue mi primera vez en el medio, cuando vi al locutor hablando y cómo se ponían los discos de música, no podía creer que fuera eso lo que yo oía en mi casa desde tan lejos, fue algo mágico para mí, y me propuse trabajar ahí. Desde entonces me enamoré de la Radio y en cuanto se me dio la oportunidad entré y nunca la pienso dejar porque trabajar en la Radio es lo que más prefiero”
Y de esta manera creció un gran profesional. Merecedor de la Medalla Alejo Carpentier, la de la lucha contra bandidos, la distinción de la Cultura Nacional, la distinción Félix Elmuza que Otorga la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), en 2007 el Instituto Cubano de Radio y Televisión le otorgó el Premio Nacional de la Radio y la condición de artista de Mérito, entre otros.
LB: “Debo decir que todas las condecoraciones, medallas y reconocimientos que conservo son porque me los he merecido, pues no sería sincero recibir algo que no merecemos; en cierta ocasión me citaron para hacerme un homenaje en Guantánamo y lo rechacé pues pensé que existen muchos periodistas guantanameros que no han sido homenajeados y son merecedores también, y pensé que lo más justo sería luego de ellos yo.”
Continúa nuestro diálogo y ya no recordaba mi guión, realmente no lo necesité ni un instante, pues aunque Lino haya confesado que no le gustaba entrevistar, sin dudas en muy buen entrevistado. Todo continuaba de manera tradicional para cualquier periodista cuando de repente me alarmó sobremanera un comentario de mi entrevistado al asegurar que aún conservaba su máquina de escribir y que actualmente la empleaba en la realización de sus trabajos periodísticos.
LB: “No se precisa de grandes conocimientos de la tecnología para poder escribir un buen artículo periodístico. Pienso que un buen periodista lo es cuando logra alcanzar una vasta cultura, pero como se logra esto: escuchando, leyendo y estudiando. Un periodista no se puede dedicar a cosas banales que no le reporten nada bueno para su formación, lo cual no implica que se desinhiba de sus tiempos de ocio. Un periodista debe saber de todo y mejor debe especializarse en algo”.
Es admirable ver cómo guarda Lino libros y papeles que considera importantes para conservar por el valor que representan en sus estudios. Él es especialista en La Trova, ha dedicado conferencias sobre música en nuestro patio y en países como Puerto Rico, Panamá y España.
Sinceramente mi guión de entrevista quedó destrozado, no necesité fijarme por un papel para poder dialogar con Lino, quien además de ser un excelente periodista demostró grandes sentimientos de amistad y lealtad hacia sus compañeros cuando me habló del profundo aprecio que tenía por su amigo Wilfredo Lam.
Periodista ante y después del Triunfo de la Revolución. Estuvo junto al Comandante en Jefe Fidel Castro durante diez años. Cumplió deberes en el Escambray y en la Sierra Maestra, cuestiones que lo hicieron desvincularse por dos años del periodismo y de la Radio.
Con 81 años de edad y aunque no lo considere así, Lino sigue fungiendo como periodista en activo, escribe crónicas para el sitio de la cultura cubana Cubarte y realiza un programa para la emisora de Radio Taíno donde conduce el espacio “Cita con la Trova”.
Pasó más una hora y ni la noté. Estuve todo el tiempo sumergida entre tantos recuerdos dignos de ser contados. Una pequeña entrevista no bastó para exponer y conocer dotes y valores del periodista radial Lino Betancourt Molina. Pero nunca olvidaré que estuve en su casa, dialogué con su esposa, conocí sus libros publicados y compartí en un momento de mi vida parte de la historia de “un genio del periodismo”.