El Coronel sí tiene quien le escriba (+Audio)

Acuña marcha a la eternidad.

Y tal si estuvieran preparadas, pasan por mi mente, como una pulida edición de imágenes, la presencia y la acción decisiva, justa y mesurada, como su propia personalidad, en las que este noble compatriota tuvo protagonismo, sin proponérselo.

Sus medulares, y nunca olvidadas raíces en la cuna de la patria, recia formación militar, amplia cultura integral, y fornido talento, resultaban sus rasgos fundamentales.

A lo dicho, agregarle su hermoso concepto de lealtad, de amigo, de ser humano especial, y de revolucionario cabal.

Desde su feliz llegada a nuestros predios, allá por el año dos mil cinco, para asumir la decisiva dirección técnica integral de la emisora de la Revolución, tuvo como razón de su encomienda la de jamás dirigir desde un encumbrado pedestal de dirección en una oficina refrigerada.

Nunca lo oímos decir Vayan, siempre le oímos decir, “vamos”. 

Por eso lo tuvimos siempre, junto al cañón, desde la imprescindible trinchera de la técnica.

En lo diario, y en lo del momento.

Las históricas tribunas por toda Cuba, reclamando la liberación de Elián, los grandes actos, los “veintiséis», el «palacio», las sesiones de la Asamblea Nacional, la sierra maestra de cada veinticuatro de febrero, las transmisiones fuera de Cuba, las corresponsalías, la millonaria inversión que nos convirtió en digitales, y mucho más.

Pero sobre todo lo dicho y mucho más importante, ahí está la familia que logro formar, de quilates tan altos como la de su propia sangre, con el sello capaz «del departamento técnico»

Entonces, vaya usted tranquilo mi coronel, vaya tranquilo. Su hermosa hoja de servicios a la patria está llena.

Y hoy le vuelvo a decir como inalterablemente le dije siempre cuando nos saludamos.

En posición de firme, como el nunca desteñido verde olivo que nos identifica, frente al oficial superior, al estrecharle su mano noble y franca, colmada de respeto, en este sitio sagrado que es Radio Rebelde, donde para siempre estarán sus huellas.

A su orden:

El Coronel, sí tiene quien le escriba.

 

 

 

 

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