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Para continuar con el tema, en el capítulo anterior les hablamos de la evasión, fórmula muy utilizada por el enemigo y sus medios de comunicación para inundar a grandes masas de informaciones insignificantes y tontas, solo para sustraerlos de las enormes calamidades que produce el mundo rico.
En vibrante respuesta el pueblo cubano se congregó en una gran asamblea el 2 de septiembre de 1960 en la entonces Plaza Cívica de La Habana, identificada a partir de julio del año siguiente como Plaza de la Revolución José Martí, para dar respuesta a otra agresión fraguada por los Estados Unidos contra nuestro país, esa vez valiéndose de la Organización de Estados Americanos, OEA.
Las múltiples agresiones que el imperio ha cometido -y comete- contra Cuba; les aportamos anteriormente algunos apuntes sobre Radio Swan y Radio Martí, plantas sumadas al bochornoso objetivo de destruir a la Isla rebelde; y algunos objetivos de la propaganda enemiga, resultaron aristas de comentarios anteriores.
La filosofía de trabajo no puede cambiar, donde exista una afectación de cualquier naturaleza, cada cosa nueva que se haga debe quedar mejor. Desde esa idea reiterada por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se ha trabajado desde hace ya algún tiempo, a partir de la experiencia del tornado que afectara la capital del país, hace más de un año.
En una primera entrega abordé algunos aspectos relacionados con el título, y mencioné que resultaba imposible en un poco espacio reseñar todas las agresiones que EE.UU. le ha impuesto a nuestra Cuba.
