Países desarrollados. ¿A costa de qué?
Ya desde hace mucho tiempo, cuando se habla de divisiones entre naciones, se califican como países desarrollados, en desarrollo y pobres. A partir de tales denominaciones me parece conveniente invitar a considerar algunas apreciaciones, que pueden o no coincidir con su opinión, pero que, al menos, sirvan para la reflexión.


Este 7 de noviembre es un día histórico. Por vigesimoctava vez consecutiva la comunidad mundial se puso del lado de la razón, la verdad, la justicia y el derecho para votar a favor del proyecto de resolución: Necesidad de poner fin al embargo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba, presentado por nuestro país ante la Organización de Naciones Unidas.
Hay una verdad incuestionable: Los movimientos, gobiernos, instituciones y cualquier corriente de pensamiento que niegue el derecho supremo de los pueblos a vivir decorosamente, siempre e inexorablemente, fenecerá más tarde o más temprano ante los ojos de los pueblos que luchan por sus derechos inalienables.
Macri perdió; Argentina ganó. Se impuso la voluntad del pueblo. La amarga experiencia del periodo presidencial que fenece convenció aún más al pueblo argentino de lo imperioso que resulta retomar un proyecto progresista aderezado de mejores condiciones económicas y una justicia social donde haya cabida para todos.
Decididamente el bloque de 120 naciones que conforman el Movimiento de Países No Alineados, constituye un verdadero muro de contención contra el apetito imperial, un real y verdadero muro cuyo objetivo supremo es la paz, y no el otro para perseguir, y si es preciso matar, a los que huyen de la injusticia social.