Franklin Reinoso, jubilado pero no retirado

Su vida laboral comenzó como auxiliar de una Notaría; con 16 años de edad participó como miliciano en la primera limpia del Escambray, posteriormente ingresó en la Marina de Guerra Revolucionaria hasta el año en que abrazó su carrera en la radio.

Para quienes aman de verdad este medio – caso curioso – casi siempre les ha tocado entrar por la puerta estrecha; por eso sus primeras tareas fueron como suplente, cubriendo los turnos del personal que descansa los fines de semana y las vacaciones de los locutores-operadores.

Los más jóvenes tal vez no sepan o conozcan de “a oídas”, pero en la radio más antigua el locutor simultaneaba como operador de audio – ¡y qué bueno! – lo que les entrenaba como radialistas más integrales.

Franklin hizo también locución en sus años mozos, cuando la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR) fundó su propio programa en Caibarién en su misión de la unidad de todas las organizaciones juveniles que a la sazón hubo. Y si seguimos sumándole actividades, habrá que mencionar la de operador de controles remoto, fonotecario, picador (grabador) de placas de acetato, director de la emisora CMHA (de música instrumental) y Jefe de Música de la Radio en la antigua provincia de Las Villas, antes de la Nueva División Político-Administrativaen Cuba.

Como CMHW tiene una tradición de gran prestigio en el ámbito de los programas dramatizados, allí también estuvo Franklin como musicalizador y grabador multipista en el Estudio 8 de CMHW “La Reina Radial del Centro”. Y que conste: durante toda su vida laboral mantuvo su contenido como locutor, profesión de la cual ostenta el Primer Nivel.

Muchos radialistas no tenemos antecedentes familiares en la radio, pero Franklin Reynoso sí tuvo uno por línea directa, ya que su padre, Feliciano Reynoso Ramos fue narrador de programas deportivos, y se le reconoce como primero de su clase en Cuba – y añadamos en América Latina – según consta en el libro “La Radio en Cuba”, de Oscar Luis López. La importante trayectoria de Feliciano como narrador deportivo, músico cronista deportivo, escritor y periodista es motivo de orgullo para Cuba y en particular para Franklin, su hijo.

La valiosa herencia paterna fue simiente para la vocación y el talento de Franklin Reynoso. ¿Quién no ha escuchado sus programas? ¿Quién no tiene presente su popular espacio dominical con música de la década del sesenta?

Hacer radio con amoHacer hoy la radio con la mayor expresión del arte individual de cada uno

Comenzó en CMHW en diciembre de 1963, y desde allí desarrolló a plenitud su talento radial. Hace algún tiempo tuve la satisfacción de visitar esa emisora y conversamos; aproveché para preguntarle qué le preocupa más de un programa de radio, y me dijo que el guión o libreto, el cual debe ser escrito por personas de mucha experiencia y luego entre todos – en el colectivo radial – analizar el tema, seleccionar la música para poder “sacar al aire” un espacio de calidad y con la dignidad que merece.

Su visión personal consiste en mantener un rigor artístico sea cual fuere la especialidad en que se desempeñe. Hacer radio con amor, con la mayor expresión del arte individual de cada uno y con la responsabilidad que conlleva. Considera muy importante estudiar y estudiar, leer libros de todo tipo, la prensa escrita, ver y escuchar todos los espacios informativos. En cuanto a la música es un convencido de lo importante que resulta el conocimiento de todos los géneros, la profundización en el conocimiento de la música cubana y del resto del mundo.

Cada mañana llega a su CMHW, la emisora de su vida, para cumplir una tarea que solo a un profesional de su talla se le puede confiar: la digitalización del caudal sonoro que “La Reina Radial del Centro” posee. Jubilado, pero no retirado, el amigo y compañero Franklin Reynoso Rivas ocupa hoy una trinchera tan estratégica como la de su juventud en el Escambray, salvando el patrimonio sonoro de una radioemisora que hizo y sigue haciendo historia en la Radio Cubana.

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