Una apasionada relojera

Yuzaima Cardona comenzó en el periodismo hace tres décadas. Sus primeros encuentros con el mundo de la radio comenzaron en su tercer año de la carrera y, desde entonces, confiesa haberse sentido atrapada por las cabinas de grabación. Una vez graduada, tuvo la oportunidad de trabajar en la emisora de Guantánamo, dando cobertura al Plan Turquino, y fue en La Habana donde culminó su Servicio Social. Al llegar me ubicaron en Radio Reloj, donde estuve durante 13 años, afirma Yuzaima con particular nostalgia al admitir que aún continúa sintiendo esa emisora como suya. Durante los años 2005 al 2011 ocupó la dirección de Información y Propaganda de la Radio Cubana y luego fue designada como Directora General, reto que cataloga de histórico por la responsabilidad de estar al frente de las celebraciones por el Centenario de la Radio en Cuba. Nos debemos al público Las primeras transmisiones radiales en Cuba cumplirán 100 años este 22 de agosto. La consolidación de ese medio en nuestro país estuvo marcado por un carácter comercial, pero hubo un antes y un después tras el Triunfo de la Revolución. En la actualidad, al decir de la Directora General de la Radio Cubana, Yuzaima Cardona, la misión es acompañar el proceso iniciado en enero de 1959 a partir de construir agendas con la participación ciudadana, en tanto se contribuye a educar y fomentar la cultura. Ejemplo de esa conexión constante con los oyentes son las 74 emisoras municipales, las cuales forman parte indisoluble de la vida de los habitantes para quienes trabajan y ello es lo que mantiene viva la radio con una fuerte influencia social, conducida por un alto sentido de la responsabilidad tras el micrófono. Reinventar la radio cada día Las múltiples alternativas que nos brindan las nuevas tecnologías de la Información y las Comunicaciones, …

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Radio cubana, horcón de nuestra cultura

Jailer Cañizares de la Paz recuerda con exactitud la primera vez que tomó en sus manos la vieja grabadora de la familia paterna. Jugó todo cuanto quiso de espaldas a los adultos. Un rato después, el batey Tuinucú —con eterno olor a maleza y ferrocarril— supo sobre la travesura del pequeño. Luego de grabar y montar varias voces, apagó el radio que se mantenía encendido durante todo el día y puso a todo volumen su propio programa. Durante unos minutos, los oídos adultos quedaron encantados. Mas su mirada y sonrisa pícara delataron la génesis de una de sus mayores pasiones. «La radio devuelve las escenas de la vida a través del sonido», confiesa ahora con 25 años como profesional en Radio Sancti Spíritus este joven tan fascinado por la magia que circula a través del éter como aquella jornada en casa de abuelos y tíos. Precisamente, la misma curiosidad por crear lo llevó con apenas 14 años a los pasillos de lo que se conoce como el Palacio de la Radio en Cuba. Aprendió de los más experimentados, quienes le nombraron «el niño de la radio» y, un tiempo después con un permiso especial para trabajar, se hizo adulto entre cintas y micrófonos. Hoy es musicalizador, realizador de sonidos y actor de primer nivel. Más allá de esos avales y sus múltiples premios, entre los que sobresale Mejor realizador de sonidos en la última edición del Festival Nacional de la Radio Cubana, su talento, olfato y entrega son garantías para que las obras con su crédito levanten los oídos más exigentes. «Este medio es un templo. Estamos en tiempos en que no existen emisoras locales, sino internacionales. Por eso, entre los tantos retos resulta significativo enseñar a la juventud, la continuidad de nuestra centenaria y gran radio de Cuba, que hacer un programa …

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Radio Cubana: un siglo de magia convertida en sonidos

Si tuviéramos que hacer el cuento de la radio tal vez un buen inicio sería: “Érase una vez la magia convertida en sonidos…” Y es que la radio es eso, es la ilusión compartida, la palabra viajera, la sonoridad de los recuerdos, la sempiterna compañía, la información precisa, la chispa que despierta la llama eterna de la imaginación. Desandar los caminos de la radio cubana en el año de su centenario es, sin lugar a dudas, ir al encuentro de grandes voces, de sentimientos compartidos, de momentos inolvidables. Y es que, tal parece, que la radio siempre ha estado ahí, junto a su gente. A cien años de aquella transmisión pionera, cuando por primera vez el sonido surcó el cielo de Cuba, la radio vive y vive porque su gente, los radialistas, trabajan sin descanso para que la voz de un país no caiga en el olvido; para que la memoria sonora de una nación no se pierda en la fugacidad del éter; para que el sueño de varios, la alegría de muchos, la compañía de cientos, la realidad de miles, el sentir de millones no queden relegados al silencio. Justo en el día de su centenario, la radio cubana es más que un sonido para ver es un sonido para sentir, un sonido para amar, un sonido para soñar, un sonido para vivir… Autor: Erick Méndez Díaz

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