La familia cubana ha cambiado y el nuevo Código la respalda

Por: Liz Conde Sánchez Tal cual han afirmado los especialistas y expertos en reiteradas ocasiones, el nuevo Código de las Familias –que será sometido a referendo popular el venidero 25 de septiembre– no responde a una voluntad particular, sino a una necesidad social, partiendo de un escenario, en el que la familia cubana ha cambiado sustancialmente, desde que se promulgara la ley anterior en 1975. Como bien reconoce la versión final del Proyecto, publicada en la Gaceta Oficial de la República el 17 de agosto de 2022, el Código de Familia, correspondiente a la Ley No. 1289 del 14 de febrero de 1975, constituyó un hito en la promoción de principios éticos, sustentados en nuevos valores morales y sociales de las familias cubanas, y potenció las acciones del Estado revolucionario en pos de la igualdad efectiva entre sus miembros, a partir del desarrollo de políticas públicas dirigidas a la protección de niñas, niños y adolescentes, y al empoderamiento de las mujeres. Sin embargo, el propio texto que ahora se propone señala que la sociedad cubana ha evolucionado y las características de las familias han cambiado sustancialmente en relación con otros momentos precedentes, influidas por elementos como factores sociodemográficos, las transformaciones en el modelo económico, la visión desde los derechos a fundar y a vivir en familia, los de la infancia, los de las personas adultas mayores, los de las personas en situación de discapacidad, y los de quienes puedan estar en cualquier situación de vulnerabilidad, así como las transformaciones al interior del hogar con respecto a la distribución más equitativa del trabajo doméstico y de cuidado, todos acorde con los principios de igualdad y no discriminación. ¿CUÁNTO HA CAMBIADO LA FAMILIA CUBANA? Un extenso reportaje publicado por el diario Juventud Rebelde en 2017 –cuando ya se planteaba la urgencia social …

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