Campaña de Las Villas: un río de bravura

La Columna Invasora No. 8 Ciro Redondo llegaba al lomerío del Escambray tras largas y agotadoras jornadas. Era el 16 de octubre de 1958. Apenas unos días después, el 27 de octubre, el Che Guevara, en su condición de jefe político-militar de Las Villas, atacaba y tomaba el cuartel de Güinía de Miranda, preludio de la posterior y electrizante campaña militar que culminaría el 1.o de enero de 1959 con la rendición incondi­cional del Regimiento No. 3 Leoncio Vidal y el triunfo de la Revolución Cubana. Como «un río de bravura» calificó la Campaña de Las Villas el poeta Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, la cual, en apenas días, logró descender al llano e ir tomando pueblo a pueblo hasta alcanzar la victoria decisiva en la Batalla de Santa Clara y contribuir —junto a Camilo Cienfuegos en el Frente Norte, y el Comandante en Jefe, Fidel Castro, en Oriente— a asestarle el golpe mortal a la dictadura de Fulgencio Batista: «Como un río de bravura/descendió del lo­merío/y así, como un bravo río, atravesó la llanura». Ardua resultó la hazaña desde el punto de vista militar, con combates victoriosos, y también desde la perspectiva política; mucho influyó la labor unitaria del Che y las fuerzas del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, encabezado por el comandante Faure Chomón Mediavilla, con los representantes del M-26-7, con el comandante Víctor Bordón Machado al frente, y el Partido Socialista Popular, dirigido en la provincia por Ar­naldo Milián Castro. Un ingente trabajo en pos de la unidad que tuvo un momento significativo con la firma del Pacto del Pedrero, el 1.o de diciembre de 1958; no obstante, no pudo lograrse acuerdo alguno con la gente del denominado II Frente Nacional del Escambray, liderado por el comandante Eloy Gu­tiérrez Menoyo, ya que mantuvieron una política divisionista y fueron …

Campaña de Las Villas: un río de bravura Leer más