Es inevitable que en estos días que Cuba conmemora los 170 años del natalicio del Héroe Nacional, el habanero José Julián Martí y Pérez, investiguemos sobre sus opiniones en cada tema; al morir en combate en 1895, Martí no llegó a vivir la radio, pero sí el ambiente previo del proceso que conduciría a la creación de tan importante medio de comunicación masiva. Y aunque vivía consagrado a la libertad de Cuba, resulta también muy interesante su visión siempre adelantada, sobre Thomas Alva Edisón. Este estadounidense nacido en Milan, Ohio, en 1847, con sus ancestros en Ámsterdam (Países Bajos), Canadá y Escocia, que fallecería en West Orange, New Jersey, en 1931, entonces despuntaba, pero ya es hoy reconocido como inventor, científico y empresario, desde 1877 cuando inventó el fonógrafo; incansable creador, solo en Estados Unidos llegó a registrar 1093 patentes hasta 1930, además de otras en Reino Unido, Francia y Alemania, y más importante aún, es el amplio y decisivo impacto de su obra para mucho de la actualidad, como la radio. Fue de los primeros en aplicar los principios de la producción en cadena, importante para la radio, y se le reconoce el primer laboratorio de investigación industrial, la luz eléctrica, las baterías y el suministro público de electricidad por corriente continua hasta cada casa, negocio y fábrica, como llegaría la radio mediante electricidad o baterías. Con él, la grabación de sonidos (incluida la música) esenciales para la radio, y la cinematografía, devinieron nuevas y poderosas industrias en todo el mundo, contribuyendo a las telecomunicaciones, con todo lo cual Edson continuaba su primer trabajo que realizó, que fue como radiotelegrafista desde 1862, al aprender el código Morse y la telegrafía, cuando ya había devenido insaciable lector, impulsado por sus padres, lo que innegablemente le había favorecido mucho. Ya entonces …