Las noches de Radio Progreso desde hace cinco décadas están impregnadas de ese sentimiento íntimo que transpira el espacio “Nocturno”. Han sido muchos los enamorados que han sellado sus sueños con alguna que otra melodía descubierta en ese programa y no faltan los que acuden a él, como signo de remembranza. Unos y otros, más lo que se han ido sumando por estos tiempos, hoy viven una experiencia nueva, tras la propuesta que, dirigida por Juan Carlos García del Vallín, adquiere otras dimensiones. Sin perder su público y esencia de regalar temas de amor, el melómano Juan Carlos, “Juanqui” para los más cercanos, no pierde oportunidad para sorprender. Juega con las emociones, a partir de un repertorio que no se escucha, habitualmente, en ninguna otra emisora o espacio de Progreso. Con un plausible sentido de la dramaturgia e incansable búsqueda de aquellos temas que han marcado épocas e intérpretes que las han identificado “Nocturno” es referencia obligada en estos momentos de lo que significa ofrecer buen y diversificado gusto en un horario en que la radio se “disputa”, a veces, en franca desventaja, con las telenovelas- cubanas o foráneas-o con el implacable paquete semanal. Y no importa, con plena conciencia del fenómeno, “Nocturno” sigue su paso triunfal y exhibe lista de preferencias, desempolva recuerdos al unísono de un escucha que reporta la sintonía. Por demás, el hecho de que sea el propio Juan Carlos también director, en la mañana, del muy escuchado programa “Juventud 2000” favorece a que ofrezca algunos adelantos en la emisión matutina de lo que a partir de las ocho y media se convertirá en esperada compañía. Marketing perfecto que induce a que, incluso los jóvenes, entren en sintonía con un discurso que desde años pasados mantiene la buena música como denominador común para el disfrute de …