La fortaleza de este pueblo supera todo intento de comparación

La explosión de un emblemático hotel en una céntrica esquina de La Habana, el peor incendio en la historia de Cuba, un huracán categoría tres partiendo en dos el occidente de la Isla, lluvias intensas, dengue… han hecho de 2022 un año extremadamente complicado. Por accidentes o por la furia de la naturaleza, las malas noticias se han sucedido, estremeciendo las fibras de un país que ha sufrido en el alma cada tragedia. No importa cuán lejos se haya estado de ellas, que nunca se vaya a conocer a quienes lo perdieron todo o a aquellos que ya no estarán más. El dolor ha sido casi tan grande como la solidaridad que ha brotado por todas partes para ayudar. La COVID-19 y todo lo que de ella se ha derivado, junto a la política hostil de Estados Unidos, ya eran, por sí solos, un duro obstáculo a sortear, cuando en la mañana del 6 de mayo, una violenta explosión originada por un escape de gas, destruyó el hotel Saratoga y provocó afectaciones en otros 23 edificios de la capital cubana. «Parece que La Habana entera se ha movilizado hasta allí», describía poco después un reporte de Granma, y comparaba al Saratoga, o lo que quedaba de él, con una de esas casas de muñecas a las que se les puede ver el interior. «Pero nada hay de inocente en el espectáculo de acero y cemento hechos jirones», advertía el texto. «Los ojos no quieren ver, pero ven, las sábanas cubriendo los cuerpos, y así se confirma lo evidente ante ese escenario…». En total, el accidente dejó un saldo de 99 lesionados y tras arduas jornadas de búsqueda entre los escombros, se certificó la muerte de 45 personas. Como si no hubiera sido suficiente desgracia, una descarga eléctrica sobre el domo …

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