La juventud cubana está en su lugar

Casi al caer la noche, iban reuniéndose los grupos de muchachos y muchachas en torno a la tribuna. Algunos portaban en sus manos banderas cubanas, del 26 de Julio y de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU); otros vestían pullovers de la organización, y otros llegaron con el espíritu de la protesta. Se sumaron también profesores, trabajadores del centro y un invitado especial: Iroel Sánchez, periodista, intelectual, bloguero y amigo de la UCI, como él mismo asegura.

El ambiente estaba en correspondencia con el ambiente que se respira en todos los actos de repudio a nivel nacional, acompañado de música cubana, unidad y mucha, mucha alegría.

Luego se hizo el silencio y en el altar apareció Arlenys González, presidenta de la FEU en el plantel. Tomó el micrófono para denunciar: «la FEU de la Universidad de las Ciencias Informáticas rechaza abiertamente el programa estadounidense de becas auspiciado por la organización no gubernamental World Learning, con sede en Washington y financiada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y por el Departamento de Estado».

Arlenys explicó que la supuesta «ONG» había matriculado entre los años 2014 y 2015 a jóvenes cubanos con los intereses de utilizarlos, después, contra su propio país. Todo ello, desacatando el proceso de establecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana basado en el principio del derecho internacional, el respeto mutuo a la soberanía y autodeterminación de ambas naciones.

Su voz no titubeaba, y con seguridad reafirmó: «El gobierno cubano, los jóvenes cubanos no nos oponemos al intercambio estudiantil y respetuoso, que cumpla con las bases de la cooperación internacional. Nuestra propia Universidad ha recibido estudiantes estadounidenses, chilenos, colombianos pero no permitiremos programas que nos manipulen; no somos el sector vulnerable e influenciable que pretende encontrar el gobierno norteamericano»:

Luego agregó: «El Presidente Obama con su discurso al pueblo cubano, en marzo del 2016 pretendía, realmente, que respondiésemos a su llamado a olvidar la historia; se equivoca, los jóvenes sentimos una profunda satisfacción por la obra realizada y a la vez preocupación por lo que no hacemos bien y sobre todo por lo que nos falta por hacer».

Y para reafirmar el compromiso de los pinos nuevos con su Revolución, expresó: «Somos los jóvenes cubanos los protagonistas de nuestra historia, siempre llevamos presente las palabras de Fidel, quien dijo que creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad, además de energía, responsabilidad, además de juventud, pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la Patria, fe en la Patria, amor en la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos; convicción profunda de que la juventud cubana luchará por impedirlo, por eso yo creo en ustedes».

«Y no se equivocó Comandante, que no le quepa dudas de que los jóvenes haremos irreversible el proceso revolucionario cubano», sentenció la dirigente juvenil.

Los aplausos colmaron el ámbito de la Plaza Lam. Estudiantes del centro echaron galas a sus inquietudes artísticas, para cantar desde la pasión del trovador Silvio Rodríguez temas antológicos e imprescindibles.

El invitado especial de la noche, Iroel Sánchez subió al estrado y con gran serenidad, reflexionó acerca de las nuevas agresiones imperialistas y cómo están dirigidas a los adolescentes y jóvenes cubanos para utilizarlos como caballos de Troya contra la Revolución. «Si estos proyectos tienen éxito los hijos de gente como yo, cuyo padre era un obrero de una fábrica de zapatos que no tenía sexto grado cuando triunfó la Revolución, no van a poder, más nunca, pisar el suelo de una Universidad y entonces, sí no los van a invitar a ningún programa de intercambio, como no invitan a los jóvenes que lo necesitan en tantos países de nuestra región».

Denunció el doble rasero de la política de Estados Unidos hacia Cuba. «Sí, nos quieren ayudar pero con la idea de que mientras te abrazo, te ahorco…»,  y subrayó: «en el capitalismo la solidaridad no se conoce, todo tiene un precio; el capitalismo todo lo convierte en mercancía empezando por el conocimiento y para saber hay que pagar, para saber hay que someterse a las reglas injustas de esa sociedad».

«Las ideas que se hablaron coincidían en algo, no hay oposición en intercambios académicos, ni en acercamiento entre ambos países, pueblos y cultura, siempre y cuando se construyan en un clima transparente y parejo. De las universidades norteamericanas se puede aprender mucho y Cuba; en toda su plenitud, tienen mucho que enseñar, mas la oposición es total ante los intentos de desestabilización de la Revolución», alertó.

El auditorio escuchó con atención la plabaras de Iroel, quien precisó: «Sabemos que el futuro de nuestros países no es el de un país europeo, es el de la realidad que nos rodea. Qué cosa son de los países más cercanos a los Estados Unidos, Puerto Rico, México, qué son de nuestros hermanos países del Caribe que están minados por el narcotráfico, qué futuro tienen ahí los jóvenes y qué sería Cuba si no hubiera Socialismo, si no hubiera Revolución sino el canal de los narcotraficantes hacia Estados Unidos».

Fue una noche excepcional, donde la fortaleza revolucionaria de la juventud cubana brilló con fuerza inusitada. Por su valor estratégico, la UCI es fiel continuadora de sus ideas fundacionales, y lo demostró con creces al graduar hasta la fecha más de 14 mil ingenieros que ya aportan al desarrollo de la nación.

Por eso, la respuesta de los jóvenes de la Universidad de las Ciencias Informáticas fue vibrante y aleccionadora. El llamado de Iroel fue categórico: «Intercambio sí, conspiración no; conocimiento sí, trampas no; Cuba libre sí, Cuba de los yanquis, del imperio no; eso es lo que queremos los cubanos».

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