La Orquesta Aragón en la Discoteca Popular de Radio Progreso

Los «estilistas del cha cha cha» configuran la agrupación musical que identifica a la Decana de las Emisoras Cubanas en nuestra geografía insular y fuera de ella. El ritmo inconfundible de la Charanga Eterna ha llenado de música, luz y color el escenario capitalino de los grandes éxitos de la que «llegó y triunfó», y que muy pronto trascendieron el pentagrama sonoro caribeño para alcanzar  el pentagrama sonoro universal.

El «secreto» que caracteriza a los «aragonísimos», como los califica la maestra Carmen Solar, Premio Nacional de Radio, no es otro que el sonido Aragón, signado —fundamentalmente— por las caricias que el maestro Rafael Lay Apesteguía (1927-1982) les hacía a las cuerdas de su violín; sonido que fue adaptándose, «poco a poco, como llega cojeando la verdad de la mano del tiempo», según el pensador heleno Annon, a los demás instrumentos: viento (la flauta «mágica» del maestro Richard Egües, 1923-2006, Premio Nacional de Música), cuerda (piano, bajo y violines), y percusión (tumbadora, güiro y pailas), que integran una agrupación charanguera, así como a las voces de los cantantes, que tienen un perfecto empaste y matices muy bien definidos.

De tal simbiosis músico-vocal, surge ese estilo inimitable que distingue a la Orquesta Aragón, y la convierte —por derecho propio— en la Reina de las Charangas Cubanas. Cuando los bailadores y los amantes de la buena música cubana, la auténtica, la verdadera, escuchan el tema musical de la cienfueguera orquesta, compuesto por el maestro Enrique Jorrín (1926-1987), «Aragón […], Aragón […], si tú escuchas un son sabrosón […], ponle el cuño es Aragón […]. Si tú escuchas un rico danzón […], ponle el cuño es Aragón», vibran de emoción y se les sueltan los pies a los compases de un buen danzón, nuestro baile nacional, un delicioso cha cha cha, un bolero bien romántico, un son montuno, una encendida guaracha o cualquier otro género genuinamente criollo.

En esos programas que ahora transmite la Discoteca Popular se encuentra, sin duda alguna, la esencia íntima de la Aragón como orquesta típica, única e irrepetible.

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Discoteca Popular de Radio Progreso, una historia que contar

Editora. Carmen Torres

 

 

 

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