por Ovaciones desde el público se produjeron al ocupar su luneta el maestro Eduardo Rosillo, quien llegó acompañado de familiares y amigos. Se escuchó claramente «Rosillo tienes un pueblo». Estas palabras, nos hacen comprender cuan apegado está a ese público que siempre lo ha seguido.
Este hombre radio un día salió del municipio Songo La Maya, en Santiago de Cuba resuelto a conquistar los medios de comunicación nacionales, y lo logró. Antes, había trabajado en otras emisoras de su provincia natal, como la CMKC, Radio Revolución.
Se sumaron a esta celebración reconocidos artistas que compartieron micrófonos con Rosillo, así como el elenco del reconocido espacio de Radio Progreso «Alegrías de Sobremesa», que contaba con su conducción. Los reconocidos actores Aurora Basnuevo y Mario Limonta, lo agasajaron en nombre de todos. Presentes también «La Charanga Rubalcaba y el grupo «Compay Segundo» quienes hicieron bailar al público presente, también el Septeto Habanero, las orquesta Maracaibo y Siglo XX regalaron su música.
Otros amigos, ques no pudieron estar presentes se comunicaron a través de la vía telefónica, entre ellos el locutor Manolo Oballe desde España y Gonzalo González desde Santo Domingo, República Dominicana.
El momento fue propicio para entregarle dos reconocimientos, otorgados por la dirección del ICRT y de Radio Progreso. Guillermo Pavón, vice-presidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y José Antonio Guerra, director de Radio Progreso, hicieron entrega de los mismos. Pavón, aprovechó para leer unas líneas reflejadas en uno de los lauros, y citó: «En nuestras memorias vivirá por siempre esa frase que con entonada satisfacción y alegría te ha acompañado desde siempre: Aquí, Radio Progreso presentando…»
El cierre tuvo a cargo de «La Aragón» la orquesta de casa, la cual tiene un espacio habitual cada lunes en «Alegrías de sobremesa».
En familia pasamos tres horas de transmisión. Allí, Eduardo Rosillo, maestro de locutores, dijo adiós a los micrófonos. Sin dudas será recordado por cada uno de los oyentes, compañeros de trabajo, por la familia de músicos de esta isla, como un fiel defensor de la música cubana, y por nosotros, los jóvenes locutores quienes tenemos que seguir su legado.
Hoy, me siento orgulloso por trabajar en esta legendaria emisora «Radio Progreso», por la cual han transitado verdaderas cátedras del arte del buen decir. Estrellas que han brillado y brillan con luz propia. Luz, con la cual hay que alumbrar este difícil, pero hermoso camino profesional.