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El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano vive sus jornadas en las pantallas de La Habana y ya se manejan los posibles nombres de los Premios Coral. Cada diciembre, desde 1979, la cita de Cuba es obligado resumen de lo mejor que trajo el séptimo arte de la región al mundo.
El Festival que ha premiado títulos de ficción que ya forman parte de la historia de nuestra visualidad, que ha reconocido óperas primas, animados, documentales, guiones, actores, carteles… también se vive en la radio, en la gran familia radial cubana, volcada hacia su programación, estrenos y personalidades que nos visitan.
El cine cubano, la visualidad que se hace en casa, se integra a esa fiesta y nombres como los de Tomás Gutiérrez Alea, Julio García Espinosa, Alfredo Guevara, Fernando Pérez y Humberto Solás, constituyen culto para la producción cinematográfica latinoamericana.
Conversé con Humberto Solás (1941-2008), el gran esteta del cine cubano, aquel que se recreaba en el brocado, en las ventas de la plaza, en la imagen del esclavo desnudo, en la reconstrucción de época.
RADIAciones quiere evocar aquella tarde con el director de Lucía, de Cantata de Chile, de Un hombre de éxito… Basta un CLIC…
Hay un libro que conservo que es pura historia, un libro del brasileño Amir Labaki sobre Santiago Álvarez Román (1919-1998), el documentalista cubano sin el cual le faltaría un pedazo a la memoria del mundo. En él, el propio Santiago, de puño y letra, me estampó su esencia entre signos de admiración: “¡Viva el cine documental!”.
Santiago dirigió el Noticiero ICAIC Latinoamericano y filmó el paso devastador del ciclón Flora sobre Cuba (Ciclón, 1963), la batalla deportiva de los Juegos Centroamericanos y del Caribe (Cerro Pelado, 1966), los primeros bombardeos norteamericanos sobre la capital vietnamita (Hanoi, martes 13, 1967), el Che manejando un tractor (Hasta la victoria siempre, 1968)… Eso y más. Ese instante de confesiones, aquella tarde de 1996 frente al mar Caribe, es la materia de esta evocación…
