por Nacida en Santiago de Cuba el 12 de julio de 1815, la madre de los Maceo inculcó a sus 14 hijos profundos sentimientos patrios, e incorporó a no menos de 11 de ellos de una manera u otra a la contienda contra el régimen colonial español. Falleció en Kingston, Jamaica, el 27 de noviembre de 1893, y sus restos fueron trasladados a esta ciudad en abril de 1923.
Ella misma participó tempranamente en la Guerra de los Diez Años, se destacó por su labor como enfermera en hospitales de sangre del Ejército Libertador, y su ejemplo siguió inspirando a la causa revolucionaria aun encontrándose fuera de la patria, de ahí que constituya ejemplo para nuestras mujeres.
Jefes y oficiales de las FAR y el Ministerio del Interior (MININT), dirigentes de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, de la Federación de Mujeres Cubanas, los Comités de Defensa de la Revolución y la Asociación de Agricultores Pequeños, así como familiares de mártires y una representación del pueblo santiaguero, también asistieron en nombre de todos los cubanos.
Posteriormente, Expósito Canto y Johnson Urrutia, recorrieron la necrópolis santiaguera para hacer extensivo el tributo a otras dignas madres de esta tierra cuyos restos aquí descansan, e intercambiaron sentimientos de respeto con múltiples familias que acudieron a transmitir su eterno amor a las progenitoras perdidas físicamente.
A tan significativa fecha fueron dedicadas además, la actividades de la Noche Santiaguera, las serenatas a madres de mártires y mujeres destacadas en diversas esferas laborales, iniciativas desplegadas en los hospitales y centros maternos, y las ferias de expendio de flores y ofertas culturales y gastronómicas en general.