Radio Cadena Agramonte: un sonido novedoso en la tierra de El Mayor

Por su parte en la actual provincia de Ciego de Ávila, entonces territorio perteneciente a la provincia de Camagüey, existían las radioemisoras CMJP Radio Cuba, CMJH y CMJO, La Voz de la Trocha. CMJJ en Jatibonico, y en Morón la CMJX Radio Morón y Radio Cuba (sucursal de Ciego de Ávila).

No obstante la calidad que Camagüey mostraba en su dial, «Radio Cadena Agramonte, desde la cuna del Bayardo..» con transmisores en Camagüey y Ciego de Ávila, se apoderó inmediatamente del corazón del pueblo. Recuerdo que a principio de los años sesenta del pasado siglo se escuchaba con el tema de Cuba, que linda es Cuba, de Eduardo Saborit, esta identificación, primero en la voz de Mario Crespo Fuentes y después en la de Francisco López Escobedo. A partir de 1974, con el tema musical El Mayor de Silvio Rodríguez, y arreglos del maestro Miguel Patterson. la voz del locutor Francisco López Escobedo ha surcado el éter hasta nuestros días para anunciar la permanencia en el dial de «Radio Cadena Agramonte desde la cuna del Mayor y para toda la provincia…»

Recuerdo que en sus albores, la programación totalmente en vivo, una mayor cantidad de piezas musicales y menos anuncios, caracterizaba la forma de hacer en Radio Cadena Agramonte. Su dinamismo estaba dado por el ritmo y el tono, que rompía con la tradición habitual. Una locución muy arriba sin ser feriada, viva, alegre. Sin dudas que el equipo de profesionales de la voz era impresionante, entre estos, el que llegó desde la antigua provincia de Oriente, para hacer el noticiero de Radio Cadena Agramonte.  Mario Crespo Fuentes –ese grande de la locución–, cuyas cualidades profesionales, y sobre todo personales, hacen que perdure en el recuerdo. Igual podría decirse de Homero de Dios Suárez, que viajaba diariamente desde Florida, para llegar antes de las cinco de la mañana a la emisora. Ambos fueron las voces principales de «El Noticiero Provincial de Radio» durante muchos años. El día que logré ser una de las voces de este noticiero y compartir la mesa, micrófono cuarenta y cuatro por medio con ellos, fue para mí la mayor realización como locutora. En esta emisora surgió, uno de los mejores locutores del país. César Arredondo llegó cuando todavía se respiraban los aires fundacionales y se convirtió allí en un sobresaliente locutor de la discoteca. César me confesó con orgullo: «que el ritmo y el tono que él aplicó en la nueva Radio Rebelde, en 1984, fue aquel que aprendió en Radio Cadena Agramonte.»

Al igual que en otros lugares, en Camagüey proliferaron las emisoras de radio, y en enero de 1959 existían dieciséis en onda media y una en onda corta en la provincia, que en aquel momento incluía en su territorio a la actual provincia de Ciego de Ávila y los municipios de Jatibonico y Amancio Rodríguez, de las actuales provincias de Sancti Spíritus y Las Tunas.

Con el triunfo de la revolución y la creación en 1962 del ICR, Radio Cadena Agramonte se había ganado el derecho y se convirtió en la radioemisora provincial de Camagüey, con una potencia capaz de cubrir el actual territorio de las provincias de Ciego de Ávila, Camagüey y algo más… Ya en 1985 tenía en antena poco más de 33 000 W de potencia.

La radio de Camagüey se vistió de largo

Hasta 1969 la programación era preferentemente informativa, musical y variada, con programas dirigidos a los niños, las mujeres, los campesinos, los jóvenes… A partir de esta fecha se vistió de largo al comenzar a producir sus programas dramáticos en forma de novelas, históricos seriados y no seriados, policíacos, teatros y cuentos. Después se sumarían programas informativos y variados con dramatizaciones. La primera obra grabada y transmitida fue un serial de doce capítulos dedicado a José Martí.

Cuando se conmemoraron los primeros treinta años del grupo dramático, asistí a un coloquio organizado por la Unión de Escritores y Artistas. Fue una tarde feliz por lo que representó ir al encuentro con la historia, la nuestra, donde muchos nos veíamos reflejados.

Los que éramos tan jóvenes entonces rememoramos aquellos días y surgieron referencias obligadas a compañeros que ya no estaban físicamente, pero que ocuparon y ocupan un lugar preferente en nuestros corazones, como Nino Moncada y Manuel Rodríguez Cruz, director y escritor del serial «José Martí», y Mario Crespo, el protagonista de la primera novela, transmisiones realizadas en 1969. Recuerdo esta primera novela «Un nuevo amanecer», con dirección de Homero de Dios y narración de Francisco Rivero y Rafael López Álvarez. Como actores y actrices, un amplio elenco. Constituyó el embrión del grupo dramático de la radio agramontina, donde figuraron además de Mario Crespo, en el papel central, José Martínez Estévez, Nora Thomas, Yolanda Fonseca, Marta Queipo, Pedro Orosmán Bueno, Consuelo Cruz. Héctor Vilató, Ángel Olivera y Oriol Marrero, entre otros.

En esos momentos se encontraba en Camagüey el destacado actor Alejandro Lugo, quien durante varios meses se integró a la consolidación del grupo dramático. Por cierto, siempre he pensado que hice mal al no corresponder a la invitación de Lugo para dedicarme a la actuación. Como él había tenido acceso a todas las pruebas de voces, la mía le había gustado mucho, según me dijo. No obstante, me vinculé al trabajo dramático como narradora. Siempre recordaré que la primera prueba fue realmente muy fuerte. La narración de una adaptación del escritor Oriol Marrero Barreras sobre un clásico de la literatura policíaca, de William Irish, La mujer fantasma. Aunque Oriol me quiere mucho, en su trabajo es muy estricto. Por eso creí en su sincera satisfacción.

Oriol escribía al día en su casa y directo al papel ditto. Domingo Isidoro Piñero, subdirector del ICR y jefe de la programación dramática y educacional, muchas veces le saboreaba el café mientras esperaba el libreto que se grababa a las ocho de la mañana. Recientemente Piñero comentó jocosamente que tiene pensado cobrarle a Oriol todos los pares de zapatos que gastó durante los siete años que dirigió en Cadena Agramonte. No obstante, dijo, Oriol se podía dar el lujo, y él permitirle, que en ciertas oportunidades el libreto fuera de la máquina directamente al estudio. Y añadió: «Porque su obra fue siempre de altos quilates, tanto en el contenido como en su proyección artística. Igual podría decir de José Rodríguez Lastre (Niquitín), Luis Díaz Cuervo, Rafael Zequeira o Manuel Villabella Marrero, que fueron los escritores que más aportaron en esta época al desarrollo del drama en Radio Cadena Agramonte».

Todas estas grabaciones se hacían en un pequeño estudio. A mí me parecía excelente, porque no había visto los de Radiocentro o Radio Progreso. En el tamaño de una habitación normal, nos movíamos ante el histórico micrófono 44 unas doce personas, entre actores, actrices y el narrador. En una esquina la enorme mesa de musicalizar con tres tocadiscos, y en la otra el realizador de efectos rodeado de puertas, palanganas, arena, cascarones de coco y cuanto objeto fuera útil para los «sonidos» indicados. Hay que tener presente que la radioemisora contaba solamente con dos grabadoras. Una moderna marca Denon en el estudio de grabaciones dramáticas, y otra Tesla para las transmisiones en el control maestro.

En este recorrido por la memoria surgieron nombres de personas y programas que elevaron aún más el quehacer de la radio camagüeyana, entre ellos el científico-técnico «El porqué de las cosas», con el cual obtuve mi primer premio como locutora en un Festival de Radio y Televisión en 1979. «Si de hablar se trata», también escrito por Luis Díaz Cuervo que hice con mucho placer, fue galardonado muchas veces en festivales; pero sobre todo fue un programa de referencia en los seminarios y talleres que brindaron los especialistas de lingüística, doctores Eloina Miyares y Vitelio Ruiz. Me dijo su autor que aún se mantiene en el aire con la presentación en mi voz. También Luis Díaz me escogió junto a Nino Moncada para la locución del programa «Provincia cinco», espacio costumbrista sobre las tradiciones y leyendas camagüeyanas. El nombre respondía al número que le pertenecía a la provincia de oeste a este, antes de la división político-administrativa.

Cuesta trabajo que crean hoy cuando digo que la grabadora de fabricación checa muy estropeada por el uso intensivo en el control maestro había que ayudarla al aire con la mano porque si no «lloraba». Decididamente aquella Tesla merecía un homenaje, al igual que el tocadisco que hacía girar las añejas placas de acetato, la anticuada consola RCA Victor y dos grabadoras Ampex, que después aparecieron y que nunca supe cómo llegaron a manos de Ernesto Agüero Boza, uno de nuestros técnicos quien, en su afán de superación, daba sus primeros pasos en la edición de programas. Las grabadoras estaban realmente para un museo, pero, él, desesperado, llegaba a golpearlas para que trabajaran acusándolas de tarecos. De ahí que para los camagüeyanos este querido y valioso grabador multipista de Radio Progreso se conozca cariñosamente con el sobrenombre de Tareco.

Si algo es justo destacar es el magnífico equipo técnico de Radio Cadena Agramonte a finales de la década de los años sesenta, donde se destacaban los grabadores Raúl Fortes Prendes (fallecido), Francisco Canela Ciurana y Enrique Blanco. Los musicalizadores Benito Lacal León (fundador), Manolo Álvarez Arocha y Ana Elvira Ávila, y los realizadores de efectos Byron Villanueva y Enrique Muñoz, este último fallecido prematuramente. Imposible no mencionar a los casi siempre anónimos operadores del control maestro. En este caso cuatro apellidos: Romero, Agüero, Sosa y Abad, para cuatro nombres muy queridos: Raúl, Oscar, Adalberto y Manolo, estos dos últimos ya fallecidos.

De gran valía fue el trabajo de Emilia Sánchez, la primera asesora de programas dramáticos que llegó para Radio Cadena Agramonte. Con ella se inició en la provincia esta especialidad, años después imprescindible en la proyección y producción de programas radiales en todo el país.

A partir de los años primeros de la década de los setenta la programación informativa comenzó a fortalecerse. Atrás iba quedando el periodismo de «goma y tijera» en alusión a los recortes de periódicos que leían los locutores a título de noticiero. Por cierto Homero de Dios me confesó que Mario Crespo y él estuvieron diez años haciendo el noticiero leyendo directamente las noticias de los periódicos, recortadas y pegadas sobre una hoja e intercalando Además del noticiero estelar, que aún se mantiene a las seis de la tarde se incluyó un resumen al cierre y «A primera hora», al iniciar la programación. Ya para finales de la década, una gran revista informativa «Hoy», en horas de la tarde y antes de la novela cubana. La revista fue inaugurada por Luis Orlando Pantoja. El resto lo constituían boletines que se transmitían cada una hora y los trabajos de géneros que enriquecían los programas variados. Además de las noticias que traían los propios periodistas, entre ellos Pedro Paneque Ruiz, se recibían las informaciones por vía telefónica que ampliaban el espectro de los reporteros de las radioemisoras locales y los corresponsales que tenía la cadena radial en toda la provincia.

La fuente para las informaciones nacionales e internacionales fue, en un principio, la propia radio, fundamentalmente Radio Reloj, que se grababa a partir de las cinco de la mañana. Más tarde, a partir de su fundación en mayo de 1974, se recibían de la Agencia de Información Nacional a través de los teletipos. Ya para finales de la década del ochenta se amplió el servicio de Prensa Latina a las provincias. Vale recordar que a partir de 1974, se fortaleció el trabajo informativo con la llegada de los primeros graduados de la Universidad de la Habana, Rosa María Moros y Yolanda Ferrera Sosa, dos periodistas que han desplegado y realizan una labor de altos quilates en Radio Cadena Agramonte. A ellas se unieron otros compañeros y compañeras, que posteriormente también se graduaron en la Universidad de Camagüey y que han hecho del trabajo informativo de la emisora un elemento de referencia.

Algo que habla del nivel de organización y responsabilidad con el país lo constituía el caudal de noticias que se suministraba a las cadenas nacionales. A Radio Reloj, a partir de la década del setenta, se transmitían por teletipos más de seiscientas informaciones mensuales. También se brindaban servicios noticiosos vía telefónica al noticiero «El rápido» e «Información política», producidos y transmitidos por Radio Rebelde en cadena con todas las plantas del país. Estos despachos fueron emitidos en mi voz durante algunos años.

No se puede hablar del trabajo informativo de Camagüey, sin Mencionar a Manuel Rodríguez Cruz, todo un maestro, y a María del Carmen Fernández, por su nivel profesional.

En la organización de estos servicios informativos jugó un papel de primer orden Raúl Noriega Mendoza. Todavía me parece verlo: ágil, siempre corriendo, cayéndo de lado su delgado cuerpo del que colgaba otra heroína en esta historia, la grabadora Uher. Noriega llegó a la radio en 1963 cuando era muy joven. Director de CMJK, jefe de música y fundador del grupo dramático, dirigió los servicios informativos hasta su traslado para el canal de televisión Tele Rebelde.

El primer salto tecnológico en la radio de la provincia.

Al igual que el resto de las radioemisoras de provincias y municipios, fue en 1976, con la llegada de las primeras consolas Beag y grabadoras húngaras, que logramos dar un salto tecnológico apreciable, las queridas y famosas STM-200, que después de veinticinco años aún se mantienen fundamentalmente en la radio municipal.

Ya teníamos otras posibilidades para la creación, al poder disponer de estudios para ediciones con cuatro máquinas. Y en el viejo máster la grabadora Tesla dio paso a las colosales STM, y la consolita RCA Victor brindó su lugar a la moderna consola húngara BEAG, con tantas llaves y botoneras que aún hoy, a punto de cumplir su misión en la vida, tengo la certeza que no se llegó a explotar en toda su magnitud. Una verdadera lástima. Después llegaron otras generaciones más modernas: las STM-600 y las STM 610, para grabaciones y transmisiones en estéreo, y los modernos amplificadores. Para que se tenga una idea, una emisora como Radio Cadena Agramonte llegó a tener en los estudios alrededor de veinte grabadoras.

Durante la zafra de 1970 Radio Cadena Agramonte transmitió por vez primera veinticuatro horas diarias. Por la madrugada emitía un programa dirigido a los centrales y a los hombres de la zafra en general, y los que empezábamos teníamos los turnos más difíciles. Esa madrugada la hacíamos los jóvenes con mucho placer por lo que representaba, pero además teníamos el afán de la oportunidad para la superación. Siempre recordaré el programa que hacíamos a las cinco de la tarde, en vivo, en coordinación con CMKC de Santiago de Cuba, lo que después llamaríamos transmisión en dúplex. Su título: «Juntos por los diez millones». En este programa se ofrecía la marcha de la zafra azucarera en ambos territorios. La transmisión era amenizada por grupos de música campesina. En nuestro caso por el Conjunto Los agramontinos, dirigido por el magnífico laudista Orestes Peláez.

Creo firmemente que se alcanzó un clima muy bueno. Eran artistas, técnicos, periodistas u obreros. Realmente era una masa muy heterogénea, pero hacendosa.

La programación dramática, con un sello de calidad reconocida, amplió sus opciones. Además de la novela cubana, la internacional adaptada, el seriado histórico y la novela policíaca, la radioemisora incluyó los seriados de aventuras y el cuento, el teatro y el histórico no seriado, de forma semanal. A ello se unieron los programas infantiles con niños y con el apoyo de actores y actrices.

Hoy al cumplirse 50 años de su fundación, cuando miro hacia atrás me regocijo con orgullo de la gente con la que coincidí en Radio Cadena Agramonte. Crearon cosas realmente hermosas, gracias más a la voluntad, el deseo y el talento que a los recursos materiales. Fue la etapa en que comenzamos a sacar la radio a pasear, y transmitíamos los programas musicales desde los centrales azucareros, las escuelas en el campo y los centros de trabajo.

«Zafra musical» y «Miscelánea», programas con alrededor de cuarenta años que aún se mantienen batiendo el récord de audiencia, bien podrían considerarse clásicos de la radio por sus aportes a la cultura comunitaria. «Zafra musical» fue creado por un locutor que primero lo fue de la emisora Radio Camagüey y CMJC. Cuando llegué, Servando Hernández Yánez, ya fallecido, era parte del selecto grupo de profesionales de la voz de Radio Cadena Agramonte. En cuanto a «Miscelánea», fue inaugurado por Francisco Rivero, que tenía una forma peculiar de despedir el programa: «Les hablé yo». Posteriormente, y hasta nuestros días, lo ha identificado la voz de Rafael López Álvarez.

En 1968, en ocasión de crearse la Columna Juvenil del Centenario salió al aire «Camagüey año l», dirigido a los muchachos de esta valiosa avanzada productiva. Estuvo en el aire durante treinta y cinco años.

De igual forma se transmitía los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Camagüey bajo la dirección del gran músico y amigo –que se nos fue prematuramente–, el maestro Jorge Luis Betancourt, desde la sede en la calle Finlay, y las noches de la trova, desde su casa en la calle Cisneros. El programa «Mural campesino», a su vez, recorría las cooperativas. Una radio culta, dinámica, representativa, sin dejar de tener la distinción y popularidad que siempre la diferenció y la hizo genuina.

Una plaza importante

La ciudad de Camagüey siempre se caracterizó por el aporte de talento para la radio nacional. El director, Luis Manuel Martínez Casado, las actrices Parmenia Silva y Elvira Cruz, los locutores José Armando Vidal, Roberto Canela, César Arredondo y Laureano Céspedes Hernández, el director Pablo Verbyski, entre otros, fueron referencias obligadas en la época en que llegué al medio.

Después se trasladaron a la radio y a la televisión nacionales, profesionales que coincidieron conmigo en Radio Cadena Agramonte, entre 1969 y 1985. Las actrices y actores Fidel Pérez Michel, Héctor Echemendía, Elsa Blanco, Yolanda Esteban, Norma Reyna, Osvaldo Rojas; los profesionales del periodismo Raúl y Elizabeth Noriega Mendoza, Fritz Suárez Silva y Mayra Viera, los narradores deportivos Modesto Agüero y José Luis Basulto; los locutores Fidel Arango de Quesada, José Leandro Rodríguez, Juan Carlos Tejeda y Rody Reyes; la musicalizadora Mérida Aragón y el grabador multipista Ernesto Agüero Boza, todo un elenco de primera clase para operar con éxito cualquier radioemisora.

Debo señalar que después de Alejandro Lugo, otras personas nos ayudaron a proyectar una radio de elevado nivel artístico y estético, en correspondencia con las vanguardias del medio en el país, como Isabel Aida Rodríguez –talentosa directora de Radio Liberación–, que había iniciado su ayuda a Radio Cadena Agramonte en los primeros años de la década del setenta. Alejada de toda teoría, Isabel enseñaba haciendo, como una más en el estudio. No menos importante fue el aporte de Armando Soler, (Cholito), Juan Carlos Romero, Marta Jiménez Oropesa y José Corrales, que trasladaron valiosas experiencias a las actrices, actores y equipo de dirección.

He regresado de Camagüey después de participar en los festejos por el cincuenta Aniversario de Radio Cadena Agramonte. Sin dudas un encuentro con la historia, donde todos nos vimos reflejados… En el encuentro de tres generaciones, surgieron los nombres de los primeros que llevaron al éter el novedoso sonido y que ya no estaban físicamente, entre ellos, Fernando Terrón Bolaños, Mario Crespo Fuentes, Rogelio de Armas Valdés… Qué honor compartir este recuento con Homero de Dios Suárez, Isidro Ramírez, Benito Gil Lacal, Francisco Canela Ciurana, Filogenio Sánchez, que junto a José Luis Cadenas, César Arredondo, Jaime Velasco, Jorge Luis Canela Ciurana, Francisco López Escobedo y Esteban González Ortiz, entre otros, son protagonistas de los primeros capítulos de la gran obra. Todos en su conjunto dejaron una huella imborrable y sembraron la semilla que germinó en árbol frondoso. Árbol que las generaciones que les siguieron han sabido cultivar.

Estas tres generaciones que siguieron al acto fundacional constituyeron el ejército formidable de soldados entusiastas que no aportaron otra riqueza que no fuera vocación, sagacidad y ternura por esta obra en la que han creído, para entregarla a los que tendrán la alta responsabilidad de continuarla enalteciendo con amor. En lo particular siento nostalgia por aquellos años, pero a la vez orgullo, por haberlos compartido con todos estos seres maravillosos: fundadores y continuadores, de una de las más prominentes radioemisoras del país: RADIO CADENA AGRAMONTE, DESDE LA CUNA DEL MAYOR… Y PARA EL MUNDO……

 

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