Adiós 2015, adiós Caracas (+Audio)

El pensador José Martí, su oratoria, su vocación humanista cuando ofreció a la nación sudamericana el amor de un hijo; y la visión poética con la cual el intelectual Alejo Carpentier reflejó, en casi una década, las maravillas del Orinoco, la diversidad cultural y la magia de los personajes que prestigiaban el escenario criollo en los años 50 del siglo último son claros ejemplos de la histórica unión.

2015, ha sido precisamente un año de reencuentros con el pasado de los dos pueblos y una vivencia, sin precedentes, al difundir la vida y labor de los profesionales de la Isla.

A la par con el conocimiento de la centenaria relación, aquí aprendí a cocinar, a improvisar una familia y el verdadero significado de la palabra extrañar.

Caminé por la Caracas que enamoró a Carpentier y visité la Plaza El Silencio, en donde por más de cuatro horas Fidel Castro conversó con la juventud reunida, el viernes 23 de enero de 1959.

Marché con ellos, firmé por la paz, saludé al Bolívar de numerosas ciudades, subí los cerros; los escuché hablar de los médicos cubanos, cantar con los cultores y jugar futbol rodeados de humildes casas.

El joropo, el tambor, la arepa, la empanada, sus palabras únicas y diversas, su amistad, sus muestras de cariño son los mejores regalos que guardaré.

Micrófono en mano vencí la timidez y me acerqué a sus íconos políticos y sociales, de ellos aprendí el arte de la perseverancia y la pasión para construir grandes obras.

La visita de los Cinco Héroes cubanos, el recorrido por diversos lugares, su complicidad, su entrega y su eterno agradecimiento, fue de mis coberturas más sentidas. Y el proceso eleccionario que protagonizó Venezuela hace unas semanas, fue de las más difíciles.

Me tocará despedirme en 2016 de la tierra bolivariana. Las mismas luces que un día me recibieron en junio de 2014, me dirán adiós.

Ahora vendrán nuevos retos y metas. Hago mías las palabras de Juan Almeida porque en Venezuela, también queda un pedazo de mí.

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