por En mayo venidero tendrá lugar en la Asamblea General de la ONU el debate y votación del proyecto cubano de resolución sobre la necesidad del fin de esa unilateral medida, reforzada por Estados Unidos en medio de una pandemia.
Precisamente la emergencia sanitaria mundial llevó a que fuera pospuesta para el 2021 la consideración de la propuesta de la Mayor de las Antillas.
Se espera no obstante, un apoyo mayoritario, pues en las sesiones de la ONU en 2020, efectuadas de manera virtual, fueron muchos los oradores que denunciaron el carácter criminal del cerco económico contra el pueblo cubano, el más largo de la historia.
Desde 1992 la Asamblea General se ha pronunciado por el fin de la política hostil de Estados Unidos, que entorpece el desarrollo económico del archipiélago y viola los derechos humanos de todo un pueblo.
En 28 ocasiones el organismo internacional ha demandado a Washington poner fin al bloqueo, que por primera vez de abril de 2019 a marzo del pasado año ocasionó pérdidas por encima de los cinco mil millones de dólares.
Más países a lo largo de los años se han sumado a ese pedido, que Estados Unidos ha ignorado, pero que evidencia su aislamiento Internacional en cuanto al tema Cuba.
Las incontables muestras de solidaridad en el mundo con la nación caribeña, que ni aún una pandemia pudo detener, puso de manifiesto una vez más que los cubanos no estamos solos en nuestra lucha contra una irracional y obsoleta política que ha demostrado su ineficacia.
La administración del presidente Donald Trump arreció en el 2020 sus medidas coercitivas, que no impidieron una respuesta adecuada a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus y que nuestros científicos trabajen en cuatro candidatos vacunales.
Los cubanos, como afirmara el presidente Miguel Díaz Canel, hemos sido capaces de innovar, resistir y aún con las difíciles condiciones económicas imperantes continuar avanzando en la construcción de nuestro proyecto de país.