Rememoran en Ucrania Programa humanitario cubano a niños de Chernóbil

Una de las actividades de conmemoración para agradecer nuevamente la solidaridad a la pequeña isla antillana tuvo lugar en la escuela número 176, en Kiev, con la participación de alumnos, profesores, miembros del movimiento solidario en este país y de la Asociación de Cubanos Residentes.

Los escolares ofrecieron una velada cultural, entre poesías, coro de voces infantiles y una presentación de algunos pasajes del dramático accidente nuclear, ocurrido el 26 de abril de 1986, inscrito como el más grave de la historia por el hecho de haber llegado a la categoría de nivel 7 (el más elevado) en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares.

Más de 24 mil personas, entre ellos 20 mil 423 niños, fueron tratados en Cuba como parte del programa de atención médica integral creado por el Gobierno a inicios de la década de 1990 para rehabilitar a pequeños, adolescentes y jóvenes afectados por el accidente en la central electronuclear de Chernóbil.

Con vibrantes ovaciones de íViva Cuba! se recordó que fue la isla caribeña uno de los primeros países que acudió hace 26 años en ayuda al pueblo ucraniano. Por esos días el Cónsul General de la República de Cuba en Ucrania informó que su gobierno y Fidel Castro personalmente decidieron prestar servicios de asistencia médica a los niños ucranianos, evocó una de las presentadoras.

El 29 de marzo de 1990 a expensas de la parte cubana el primer avión voló a La Habana, donde lo esperaba el líder histórico de la Revolución. Fidel Castro ayudó a cada niño a dar los primeros pasos en la tierra cubana.

Al señalar los efectos de la tragedia humana, «Fidel prometió que Cuba haría todo lo posible para el tratamiento de los pequeños ucranianos tanto como fuera necesario». Durante 21 años de existencia del programa los médicos cubanos devolvieron la vida a miles de niños ucranianos, agradecieron profesores y padres.

La presidenta de la organización no gubernamental Niños de Tarará, Yulia Palamarchuk, comentó que el programa «Niños de Chernóbil» cesó, pero los efectos de la tragedia persisten. Por ello con la participación de la sociedad civil y los propios afectados esperan renovar el programa en bien de la protección de la joven generación de ucranianos.

Añadió que ese programa fue una contribución desinteresada del pueblo cubano, muestra de la verdadera amistad e insistió en la necesidad de continuarlo.

El embajador Ernesto Sentí señaló que Cuba tendió la mano solidaria al pueblo ucraniano, «de la misma manera que ese pueblo nos apoyó durante los primeros años de la Revolución». Afirmó Sentí que Cuba nunca dejó de atender a los ucranianos que así lo solicitan.

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