La misma receta oxidada contra Venezuela

Y el tal Juan Guaidó es el titular de la Asamblea Nacional de Venezuela que, como se conoce, está en desacato, el mismo que ha calificado de “usurpador” al legítimo presidente de Venezuela.

Claro, este personaje es solo una pequeña pieza en el  entramado dispuesto para acciones mayores de la oposición venezolana y, por supuesto, apoyada y dirigida por el imperio donde se incluye hasta una invasión al país hermano. Que nadie lo dude, la historia da cuenta de esta verdad: para mantener su hegemonía el imperio y sus secuaces utilizan cualquier medio que cause sufrimiento, muerte y aniquilación de pueblos enteros.

Muchos se han comprometido hasta el cuello con tanto atropello contra la real y verdadera democracia que exhibe Venezuela, contra su gobierno y su pueblo. Por ejemplo, ya desde principios de 2018 el General Hamilton Mourao, incondicional de Bolsonaro, afirmó que habría un golpe de Estado en Venezuela y que tras ese acontecimiento Brasil apoyaría  a las tropas de paz que la ONU tendría que enviar, para ser liderada por su país.

Es que hasta la bestia de la Casa Blanca se ha preguntado ¿por qué EE.UU. no puede simplemente invadir el “atormentado” país? Todo esto parece insólito, sin embargo es absolutamente real, las fuerzas del mal se juntan para destruir, así ha sido siempre, lo que sucede es que ahora es con más cinismo y desvergüenza.  No   faltan  las declaraciones de un muchacho noble defensor de los derechos humanos y la democracia,   “preocupado, por lo que sucede en Venezuela”. Se trata del senador por Florida Marcos Rubio.

Este oscuro personaje cuyo único objetivo en la vida, además de acumular millones, es trabajar por el derrocamiento de gobiernos que son antipáticos del imperio, como es Cuba en su lista de prioridades, ha dicho que el gobierno de Estados Unidos debería reconocer al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, como el legítimo mandatario de Venezuela, dado que ya el país de norte ha declarado que la presidencia de Maduro es ilegítima.

Pero no le basta y declara también que el reciente proceso electoral fue fraudulento, echando abajo no solo la opinión autorizada de observadores de varias partes del mundo, y el hecho de que hasta el ex presidente Carter elogió el proceso. Pero no satisfecho hace llamados a la sublevación popular sobre todo a las fuerzas armadas venezolanas, “como medida para lograr el pleno goce de libertades.”

Definitivamente, es como si quisiera echar en su mochila todo el odio y el cinismo que pueda albergar el mundo. Fíjese usted cómo sus declaraciones también se basan en el hecho de que ya Estados Unidos ha declarado ilegítima la presidencia de Maduro, y por tanto no hay nada más que hablar ni pensar, aunque sea un crimen. ¡Ah! Se me olvidaba, el tal Guaidó es el mismo tipo que dirigió las llamadas guarimbas en Venezuela. ¿Qué le parece?

Ya no saben qué hacer para destruir a Venezuela, pero sus hermanos de Nuestra América SÍ saben lo que se necesita para hacer respetar la dignidad de todo un pueblo como Venezuela. Usted sabe a qué me refiero.

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