Medios poderosos: el mejor aliado del imperio

Así sucede en nuestra América con Bolivia, Nicaragua, Cuba, Venezuela o cualquier otro país de signo progresista. Y en el caso de Nicolás Maduro, presidente constitucional bolivariano y chavista, parece que toda la saña del mundo se haya concentrado para destruir no solo al gobernante, sino además, a un ejemplo que hay que matar si es necesario para que no fructifique. Vea algunas afirmaciones de la gran prensa «libre», tan libre es que se autoriza suplantar la verdad por la mentira.

No se asombre con esta primera: «Maduro está considerando huir a países árabes o de la antigua Europa comunista»; «se está recolectando ayuda humanitaria, como medicinas y alimentos porque el país atraviesa una aguda crisis socio-política, económica y migratoria»; «segundo y misterioso avión sale de Venezuela»; «grandes protestas alrededor del mundo y en particular de venezolanos del sur de la Florida en contra de Maduro y en apoyo al presidente interino Juan Guaidó».

En resumen, todo para dibujar una crisis extrema que «obliga» a los opositores tomar partido para «salvar la patria». Pero detengámonos un tanto, para demostrar cuanta villanía muestran. ¿Quién es ilegítimo, quién usurpador o dictador? ¿Es Maduro o Guaidó? La respuesta es más que evidente mencionando algunos simples datos que derrumban tanta maldad.

El 20 de mayo de 2018 Venezuela celebró unas elecciones que pueden considerarse un ejemplo para el mundo, no solo por la limpieza de su ejecutoria, basado en un sistema totalmente automatizado y verificado antes, durante y después del proceso electoral, sino también por los resultados incuestionables de los que dieron fe unas 150 personas, entre ellas representantes de 8 países, 18 periodistas, la participación de 10 partidos, y otras figuras de relieve internacional.

Resultado: Nicolás Maduro obtuvo 6 millones, 248 mil, 864 votos, es decir, el 67,84 por ciento. Como dato adicional debe decirse que los representantes del candidato Henri Falcón firmaron las actas de conformidad con el proceso.

Por supuesto, a partir de tales resultados el imperio, la oposición interna, la OEA con su recién parido Grupo de Lima, y los países satélites empezaron a cocinar nuevos planes de forma desfachatada; y proceden a tejer nuevas estratagemas para derrocar al chavismo representado por su legítimo presidente constitucional, planes que llegan a incluir entre las opciones de magnicidio y la invasión militar.

Ahora bien, cualquier persona medianamente informada sabe perfectamente qué se esconde tras tanto cinismo, y también cualquier honesto de este mundo tiene que preguntarse ¿con qué derecho atacan tan fieramente a un gobierno honesto y constitucional, y que sea, precisamente, el gobierno estadounidense el abanderado de la antidemocracia y el irrespeto a los derechos humanos?

Permítame dejar flotando algunas preguntas: ¿Por qué no fueron ni levemente criticados los regímenes dictatoriales que gobernaron a sangre y fuego a nuestros sufridos pueblos?, ¿por qué se burlan hasta de organizaciones como la ONU y otras de derechos humanos?, ¿por qué violentan hasta su propia Constitución estadounidense?, ¿por qué el país del sueño americano prevalece el dinero por encima de derechos sagrados?, ¿por qué se quiere imponer al mundo un sistema tan cruel como injusto?, ¿por qué creen que somos inferiores?

Por eso siempre insistimos que no podemos cejar en la denuncia y la lucha, porque como dijo sabiamente nuestro inolvidable Fidel: «Cada año que se acelere la liberación de América, significará millones de niños que se salven para la vida (…) infinitos caudales de dolor que se ahorrarían los pueblos».

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