¡Peligro. Puede ser inflamable!

Lo que sucede es que en su vórtice aparecen las fuerzas más tenebrosas, empeñadas en ejecutar cualquier cosa por cruel que sea para salvaguardar sus enormes intereses económicos y establecer en el mundo un solo y único modo de vida de la humanidad, cuyo objetivo supremo es implantarlo por la fuerza, aunque en ello se corra el riesgo de una tercera conflagración mundial, de la cual nadie es capaz de avizorar los resultados. Así está el mundo, que nadie se llame a engaño.

Cualquier persona, habituada a leer una gran cantidad de informaciones, puede percatarse fácilmente del peligro en que vivimos; incluso por vasos comunicantes podemos llegar a determinadas conclusiones. Nótese lo siguiente: este payaso desvergonzado que se nombra Juan Guaidó, recientemente ha dicho que “se agotó el diálogo con Nicolás Maduro”. Y nos viene a la mente una pregunta: ¿por qué lo dice ahora a sabiendas que es una infame mentira, aparentando que es la oposición la que viene insistiendo en las conversaciones con el gobierno? ¿Será que lo quieren traer a primer plano, después de una aparente ausencia detrás de bastidores, y por qué?

Aunque no debemos aventurarnos a encontrar un posible vínculo entre lo que dice este tipejo y lo que sucede hoy en Estados Unidos, sin embargo, asumo el derecho de la sospecha. Me explico: todos conocemos las  declaraciones de advertencias de nuestro ministro de Relaciones Exteriores, alertando el peligro de una acción  descabellada que “salve” un tanto la posición del emperador respecto a la poca salud que tiene la economía, terreno donde ha tenido graves retrocesos.

Y ahora otras preguntas: ¿será que Guaidó ahora se siente más seguro, porque supone o sabe que hay algo sobre el tapete?, o será que el imperio quiere aprovechar la coyuntura para que este tipejo aporte algo a un posible ataque a nuestra hermana Venezuela? Naturalmente, de consumarse tales hechos después lo votarán al basurero por haber demostrado con creces su incapacidad y su innata condición de lacayo.

Por supuesto que nuestro ministro Bruno Rodríguez Parrilla no ha hecho su advertencia sin fundamento. Todos conocemos de lo que es capaz  este Trump y su comparsa, y por tanto nuestro deber es ser realistas y no excluir ninguna sospecha por pequeña que pueda parecer.

Hoy más que nunca debemos estar muy vigilantes y recordar que por la visión de nuestro Comandante en Jefe es que esta Revolución se mantiene hoy con la frente en alto; él logró con asombrosa veracidad descubrir a tiempo las acciones del enemigo sin excluir ninguna sospecha o dato que, en apariencia, pudiera ser insignificante.

En resumen: el realismo debe imponerse; puede ser cierto lo que en apariencia no lo sea. Por eso es la gran necesidad de estar muy atentos para que las fauces del enemigo no se ceben en Venezuela ni en Cuba.

“Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres  viven sin decoro a su alrededor”. José Martí

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