Del Caribe, de Cuba. Una aproximación (VI)

En 1912, al iniciar la producción los centrales Morón, Delicias y Chaparra, se conocía que otros colosos azucareros necesitaban, aproximadamente, unos diez mil hombres para los cortes de la caña.

Las dos últimas industrias citadas llegaron a controlar miles de braceros de habla inglesa, pero también francohablantes y antillanos holandeses. De ello se encargarían de manera particular la Cuban American Sugar Mill Company y la Manatí Sugar Company, con enormes plantaciones azucareras, con una gran infraestructura ferrocarrilera y fábricas de azúcar con la más avanzada tecnología.

A partir del Decreto Ley 23 del 10 de enero de 1913 se legalizaban también las múltiples entradas al país de decenas de miles de braceros antillanos que antes de 1913 se permitieron hacer a las compañías estadounidenses a través de sus propios barcos y puertos. La Nipe Bay Co. sería la primera, por concesión gubernamental, en introducir mil trabajadores antillanos, los cuales se ubicaron en el central Preston, en la zona norte oriental.

Desde un principio existieron asentamientos de antillanos en la provincia de Oriente: en Banes, Puerto Padre, Antilla, Nicaro, Campechuela y Guantánamo. Los haitianos se localizaban, fundamentalmente, en Ciego de Ávila, Jatibonico, Morón, Esmeralda, Florida, Nuevitas y Santa Cruz del Sur, todos en la provincia de Camagüey.

En el valle de Cubitas, junto a estadounidenses, alemanes, ingleses, suecos, polacos, daneses y de otros orígenes, se localizaron haitianos, jamaicanos y cubanos, los que realizaron distintas labores, fundamentalmente agrícolas.

Entre 1917 y 1923 sumaron 22 058 los braceros caribeños que se incorporaron a las labores azucareras en los centrales Chaparra y Delicias, en la antigua provincia de Oriente. Cierta cantidad de la cifra citada trabajó en distintos oficios.

Tanto el central Delicias como el Manatí y el Preston, de propiedad estadounidense, demandaban unos 10 500 obreros cada uno. Ellos fueron desembarcados en los puertos de La Habana, Santiago de Cuba y Puerto Padre. Múltiples eran los países caribeños de procedencia.

En cuanto al año más representativo de los inmigrantes, por nacionalidades -entiéndase por vía legal-, corresponde al año 1920, en que arribaron a Cuba 35 971 haitianos, 27088 jamaicanos y 153 dominicanos, respectivamente. Mientras tanto, en 1912 se reportó la entrada de 7 878 ciudadanos de las Antillas Menores y en 1916 la suma de 1 277 puertorriqueños.

La base naval de Guantánamo, territorio cubano ocupado ilegalmente por el gobierno de los Estados Unidos, fue una fuente permanente de suministro de mano de obra, por lo general anglohablante, aunque también, en menor cantidad, puertorriqueños, dominicanos y francohablantes.

Todos con disciplina y oficio para satisfacer las necesidades de los monopolios estadounidenses que controlaban grandes extensiones de tierras e industrias azucareras en las provincias de Camagüey y Oriente.

Terminadas las obras del Canal de Panamá40 en 1914, miles de obreros antillanos que allí laboraban se dirigieron a la citada base donde se llevaba a cabo un vasto plan de construcciones de instalaciones militares. Al parecer, buena parte de ellos se iría a otros trabajos. Para esto, abundaron los contratistas de mano de obra calificada, tanto cubana como extranjera, pero barata.

Por ejemplo, los primeros grupos de dominicanos que llegaron a trabajar en la zona del central Preston, ubicado en el norte del oriente cubano, procedían de Santiago de Cuba, habiendo laborado antes en la base naval de Guantánamo, a donde llegaron, directamente, del Canal de Panamá.

Continuará.

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