El poderoso vecino del Norte sigue considerando a los países al sur del Río Bravo como su patio trasero.
Diversas son las acciones que solapadamente e incluso más abiertamente ha alentado Washington para derrocar a los gobiernos progresistas del área, elegidos democráticamente en las urnas, y que van desde promover acciones violentas hasta una campaña mediática, tras la cual se esconde la mano de la CIA (Agencia Central de Inteligencia).
Recientemente, el mandatario ecuatoriano Rafael Correa, alertó sobre la existencia de un nuevo Plan Cóndor contra América Latina como aquel que bajo el auspicio de la CIA orquestaran las dictaduras de la región en la década del 70, y que constituyó un ejemplo claro de terrorismo de estado.
Correa afirmó que esta operación está «dirigida contra los gobiernos progresistas. Ya no necesitan dictaduras militares, se necesitan jueces sumisos, se necesita una prensa corrupta para desestabilizar los gobiernos latinoamericanos», afirmó el Jefe de Estado sudamericano.
Lo cierto es los medios de comunicación de la derecha son uno de los actores principales en este plan de desestabilización regional.
De acuerdo con los expertos la estrategia de comunicación política, aplicada por la oligarquía en contra de los gobiernos progresistas de Brasil, Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador, tiene detrás el financiamiento norteamericano.
En las últimas horas el secretario de Comunicaciones de Ecuador, Patricio Barriga, confirmó que supuestos periodistas en su país cumplen acciones de desestabilización orientadas por la CIA.
De acuerdo con el funcionario, estas personas se escudan en la llamada libertad de expresión para sembrar desinformación y defender los intereses políticos de la derecha del continente.
Según se conoció, la agencia estadounidense NED (National Endowment for Democracy) respalda económicamente a 10 grupos de derecha que siguen las directrices de la embajada norteamericana, y forman parte de una red de medios digitales cuyo objetivo es mantener una campaña de desprestigio contra gobiernos progresistas de América Latina.
Una reciente investigación del canal multinacional TeleSur expuso a algunos de los pretendidos periodistas, y mostró sus vínculos con la Agencia Central de Inteligencia.
Históricamente los medios de comunicación de la derecha han trabajado con rapidez para crear dudas en la opinión pública, y así encauzarla a favor de los intereses que defiende.
Ahora también se apoya en las redes sociales y en infinidad de sitios digitales, algunos de ellos financiados desde Washington.
Clara es la postura de la gran prensa, que muchos califican como una fuerza política de oposición, la cual intenta por cualquier vía volver a restaurar el neoliberalismo en América Latina.