Domingo electoral sudamericano

Se trata de un momento crucial luego de los comicios en Bolivia donde fue reelecto para un cuarto mandato Evo Morales, si bien la derecha intenta desconocer este resultado con el apoyo de Washington y su ministerio de colonias, la Organización de Estados Americanos.

Buena parte de la atención estará centrada en Argentina porque allí puede ocurrir el ocaso de una administración neoliberal, encabezada por Mauricio Macri, que intenta un nuevo período en el cargo a pesar de su evidente fracaso que se tradujo en pobreza, desempleo y penurias para la población.

La economía lleva un año en recesión, la inflación escaló hasta el 37 por ciento, el costo de la vida se incrementó de manera brutal por la eliminación de los subsidios a servicios públicos básicos, hubo despidos masivos en el sector estatal y el peso, la moneda nacional, se derrumbó.

Macri entregó las riendas del país al Fondo Monetario Internacional a cambio de un préstamo de 57 mil millones de dólares, que no sirvió para equilibrar las finanzas públicas pero sí trajo nuevas medidas de ajuste.

Su opositor, Alberto Fernández, y su compañera de fórmula, Cristina Fernández de Kirchner, son favoritos en las encuestas y la duda está en saber si logran imponerse en la primera vuelta o deben ir al repechaje.

En la vecina Uruguay los comicios también tienen un acentuado sabor ideológico entre el progresista Frente Amplio, con 15 años en el poder, y el conservador Partido Nacional que aspira volver con su bagaje de fórmulas neoliberales bajo el brazo.

El candidato frentista, Daniel Martínez, es favorito en los sondeos pero debe ganar en la primera ronda para evitar una coalición de derecha a favor de su principal contrincante Luis Lacalle Pou, quien en el repechaje contaría con el apoyo del partido Colorado y la formación ultraconservadora Cabildo Abierto del exmilitar Guido Manini.

Una incógnita por despejar es la influencia que puedan tener en estas elecciones los levantamientos ocurridos en Ecuador y Chile y la crisis política de Perú.

Finalmente, en Colombia las votaciones regionales pueden servir como un termómetro del estado de ánimo de la sociedad, descontenta por las medidas antipopulares del gobierno de Iván Duque y las tropelías de grupos armados irregulares que infunden temor en áreas apartadas de las grandes ciudades.

En ese país se ha ejercito una brutal violencia contra candidatos progresistas y  de organizaciones campesinas y comunidades indígenas, varios de los cuales fueron asesinados sin ninguna respuesta de las autoridades.

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