Fidel Castro y su dinámica vida radial (I)

La etapa comprendida entre su época de estudiante universitario y las acciones del asalto al Cuartel Moncada atestiguan la trayectoria de un joven que llegó a transitar por experiencias únicas desde el punto de vista político-revolucionario, en lo que serían determinantes sus cualidades como revolucionario, y su  valentía ilimitada.

Fue una vida llena de actividad política, primero como dirigente estudiantil en la Universidad de La Habana, en la cual se graduó como abogado en el mes de junio de 1950.

La dinámica de la vida radial de Fidel está marcada, en sus inicios, por su presencia – sin haberse graduado – en la emisora Radio Cadena Habana, entonces situada en la calle San José y Belascoaín en la Habana. 

Era el 30 de septiembre de 1949, cuando junto a otros compañeros lograron hacer, en un programa de media hora, un homenaje al líder  estudiantil universitario, Rafael Trejo, asesinado por los sicarios del dictador Gerardo Machado, el 30 de septiembre de 1930. 

Entonces, utilizando los micrófonos de la referida estación radial Fidel pronunció un vibrante discurso de condena a aquel hecho, lo que también hizo momentos después en la escalinata de la Universidad de La Habana,  una nutrida presencia de estudiantes. 

Como jurista, en 1951, aparece como comentarista político en la emisora Radio Álvarez, de carácter local y ubicada en 25 y G, en el Vedado, no pudiendo alcanzar su objetivo de ser el comentarista del espacio radial del líder de la ortodoxia Eduardo Chibás, ya fallecido, con el fin de continuar atacando a la corrupción gubernamental imperante.

Su combatividad no disminuyó en ningún sentido, por el contrario acudió al programa “Vergüenza contra dinero”, de la emisora COCO, con dirección en la calle San Miguel y San Nicolás, en La Habana.  En ese programa, Fidel denunció con total valentía al Presidente de la República de Cuba de entonces, Carlos Prío Socarrás, por la compra de fincas en la provincia de Pinar del Rio, con dinero robado al pueblo.

Fidel Castro y Guido García Inclán, fundador de la COCO El periódico del Aire

A escasas semanas del golpe de Estado de Batista, Fidel se encontraba afanado en la impresión de un “periodiquito”, como él lo calificara y que tuvo como nombre “El Acusador”, de corta vida y en el establecimiento de una emisora de onda corta que respondiera a la línea política del Partido Ortodoxo.  Ambos proyectos fracasarían debido a una delación.  “El Acusador”, solo saldría publicado una vez, debido a la confiscación por la policía del mimeógrafo donde se imprimía.

Los meses avanzaban y ya se comenzaba a gestar la preparación militar de los jóvenes que conformarían la Generación del Centenario y que desencadenarían las acciones del 26 de julio de 1953, con los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, respectivamente.

De haber triunfado el plan previsto – lo que culminó en un revés – se preveía el asalto a una emisora provincial en Santiago de Cuba, la Cadena Oriental de Radio o en su defecto la CMKC, a fin de difundir grabaciones de discursos importantes de Eduardo Chibás y otros textos, para movilizar a la población y hacer entrega a ésta de las armas  que se ocuparan.

Capturado y salvado por la digna actitud del teniente Sarría, Fidel jamás perdió su aplomo y firmeza con relación al enfrentamiento a la dictadura, y sobre todo, a los altos mandos militares que la sustentaban.

Refiriéndose a los interrogatorios que sufrió y su contexto, diría después Fidel: 

Aunque en aquélla ocasión guardé discreto silencio sobre las hermosas palabras del teniente Sarría, expresé por la Cadena Oriental de Radio, delante del propio Chaviano y de numerosos militares, la forma en que fui detenido.  Toda Cuba lo escuchó”. 

Vendría después el juicio y las condenas a los moncadistas, la prisión, la amnistía lograda por la presión popular, la persecución y el impedimento de cuanta actividad política en la radio trataba de hacer Fidel, su exilio, la expedición del yate Granma, la lucha armada en la Sierra Maestra y en el Llano.  Y por fin, a costa de incontables sacrificios, el triunfo revolucionario del 1ro. de enero de 1959.

En cada momento vivido por difícil que fuera,  Fidel siempre tuvo conciencia  del “efecto de los medios masivos”,  en especial de la radio.

 

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