Fidel es Revolución

En la esencia del proceso revolucionario que se inició hace más de 150 y que tuvo su culminación con su triunfo el Primero de Enero de 1959 está presente la ofrenda de esos hombres que lucharon por la verdadera independencia de Cuba.

El líder histórico de la Revolución Cubana mantuvo vivo lo más puro y genuino de quienes se lanzaron a la manigua a luchar contra el yugo colonial español y de quienes décadas después se enfrentaron a los distintos gobiernos entreguistas y corruptos de la neocolonia.

Con su accionar, Fidel impregnó a la Revolución del humanismo, el internacionalismo y el antiimperialismo de Martí, un legado de incuestionable valor no solo para los cubanos, sino para todos los pueblos del mundo.

Por eso cuando hablamos de la Revolución Cubana, de su esencia e historia estamos hablando de Fidel, quien no solo nos guió para construir una nueva nación más justa y equitativa, sino que llevó a otros pueblos sus logros en educación y salud, ente otros.

Una solidaridad que estuvo fomentada en el más absoluto desinterés, en el respeto a la soberanía de los estados  y en su identificación plena con la lucha de los pueblos por su independencia.

De ahí que en el Tercer Simposio Internacional «La Revolución Cubana, génesis y desarrollo histórico», que sesionó esta semana en La Habana, los debates y ponencias se centraron en la figura de Fidel y en la vigencia de su pensamiento en una América Latina convulsa, que sufre los embates del imperialismo norteamericano.

Académicos, politólogos, investigadores, docentes, historiadores y otros especialistas de 26 países de América, Asia y Europa asistieron a la cita en la capital cubana, que desde 2015 organiza el Instituto de Historia de Cuba.

Fidel Castro dejó en el mundo y en especial en Nuestra América una profunda huella. Fue un incansable luchador por el derecho de los pueblos a vivir en paz y en un mundo mejor, más equitativo y justo.

Dirigió una revolución que es ejemplo ante el mundo de resistencia y dignidad, pero también de humanismo y generosidad. Fidel Castro es un hombre imprescindible para todas las épocas.

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