Fidel y Martí, responsabilidad histórica insoslayable

Ignacio Ramonet, Katiuska Blanco, Frei Betto, Atilio Borón, y Federico Mayor, relataron sus percepciones sobre el pensamiento martiano del líder histórico de la Revolución Cubana, como biógrafos en algunos casos, y en disímiles encuentros personales y profesionales.

Ese panel bajo el título «Martí y Fidel: continuidad de pensamiento y acción», cautivó a la mayoría de los participantes en la II Conferencia Internacional «Con todos y para el bien de todos», cuya clausura será hoy coincidiendo con el aniversario 163 del natalicio del Héroe Nacional de Cuba.

Ignacio Ramonet, politólogo, escritor, y periodista hispano-francés, fundador del Movimiento Altermundista y autor del libro biográfico “Cien horas con Fidel”, compartió sus particulares experiencias de trabajo durante las intensas madrugadas de entrevista para la conformación de esa excepcional obra.

Recordó las primeras noticias que tuvo de Fidel en el asalto al Cuartel Moncada durante una estancia en Tánger, Marruecos, mediante el semanario cubano Bohemia, aunque no fue hasta la década del ´70 que pudo poner pensamiento y acción a un hombre que conocía en teoría.

Ramonet contó que cuando hizo su libro el Comandante en Jefe no puso límites al diálogo abierto y franco,  siempre dispuesto a litigar, como gran polemista con una inmensa capacidad retórica y de oratoria, y sobre todo, “martiano en su comportamiento, atento, educado, con modales y gestos de un hombre de antaño, actuando en permanencia como un jefe de Estado en campaña”.

Otra de las panelistas relató sus vivencias ante el tiempo dedicado a escuchar a Fidel en las investigaciones para sus libros “Guerrillero del tiempo” y “Todo el tiempo de los cedros”.

Katiuska Blanco, periodista e investigadora cubana, hizo varias anécdotas relacionadas con los años fundacionales de la Revolución cubana y su impronta en capítulos memorables como la Campaña de Alfabetización.

Además, resaltó la vinculación del ideario martiano con los preparativos del ataque al Cuartel Moncada. Blanco dijo que el primer biógrafo de José Martí trabajó en una biblioteca pública en Artemisa, la misma ciudad de donde salió la mayor cantidad de jóvenes para la acción en la segunda fortaleza militar del país en aquel momento. 

Uno de los participantes en el encuentro, el politólogo y ensayista argentino Atilio Borón, ganador del Premio Internacional José Martí de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), habló de la vigencia del pensamiento económico de Martí en las fluctuaciones del mercado mundial, de la misma manera con que Fidel avizoró en ciertos momentos altibajos políticos y medioambientales.

Destacó la necesidad de introducir en el debate latinoamericano el ideario martiano que va poco a poco abriéndose paso en el mundo, gracias a varias instituciones, entre ellas la Sociedad Cultural José Martí, la Oficina del Programa Martiano, el Movimiento Juvenil Martiano y el Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional,  encargadas de situar el legado del Apóstol caribeño y del Libertador Simón Bolívar en el contexto integracionista de América Latina.

Asimismo, el teólogo y escritor brasileño Frei Betto, también ganador del Premio Internacional José Martí de la UNESCO, rememoró su sorpresa al llegar a Cuba hace casi cuatro décadas sin ver en cada esquina un busto de Carlos Marx, Federico Engels o Vladimir I. Lenin.

El autor de uno de los textos más memorables en las biografías del líder de la Revolución cubana, “Fidel y la religión”, se dirigió directamente a los estudiantes universitarios reunidos en el Palacio de las Convenciones, de La Habana, para recordarles que ellos son la viva encarnación martiana y fidelista con una responsabilidad histórica insoslayable.

Los invitó además a organizar la esperanza y ser borrachos de utopías para lograr en Cuba y América Latina una gran campaña de alfabetización política.

La última personalidad en referirse al auditorio, fue el relevante intelectual español, presidente de la Fundación Cultura de Paz y exdirector general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, quien acuñó una reflexión esencial: “lo importante es pensar en el mañana, en el legado que dejamos a la gente joven porque lo único que está por hacer es el porvenir, el pasado ya está hecho”.

Comentó la impronta del Comandante en Jefe en múltiples foros internacionales, cuando llamó a la solidaridad intergeneracional para el desarrollo social, resumiendo que “lo importante en la vida de Fidel Castro y de José Martí es que debemos valorar y ponerlos como referente para nuestro comportamiento, pensaron lo que nadie antes que ellos. Fidel Castro es ejemplo de algo que nadie debe olvidar: no hincarse, los más altos se hacen muy bajos cuando se ponen de rodillas, las rodillas son para alzarse, no para someterse”.

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