Nueva normalidad responsable, con apellidos

La etapa, como su nombre lo refiere indica que el sector vuelve a sus funciones habituales con estrategias sanitarias que demanden protección ante la inminencia del nuevo coronavirus.

Tanto los trabajadores por cuenta propia como los de  comercio y la gastronomía estatal recibieron orientación de reordenar su tarea, abarcando, desde la separación de dos metros entre vendedores y clientes hasta evitar la alta concentración de personas.

Las Empresas del Comercio y la Gastronomía, las bodegas, los centros nocturnos y kioskos vuelven a su horario normal, siempre respetando el distanciamiento en las colas y la obligatoriedad de la ubicación a la entrada de los establecimientos, de los baños podálicos y el hipoclorito para la desinfección de las manos.

De esta manera abrieron también restaurantes, cafeterías y las heladerías, donde se establece que en todos los casos es obligatorio el uso del nasobuco, así como la desinfección de las manos antes de entrar a las unidades.

En la nueva normalidad, no se desatiende el Sistema de Atención a la Familia pues se mantiene el trabajo de los mensajeros para llevarles los alimentos a aquellas personas que no puedan asistir a las unidades.

Una vez abiertas las disposiciones en la prestación de servicios de instalaciones como el sistema de alojamiento, los círculos sociales, bares, parques de diversiones, salas de juego, zoológicos, acuarios, recintos feriales y espacios públicos, más que a la nueva normalidad, quedan abiertos a la conciencia ciudadana.

En no pocas ocasiones encontramos deslices en las medidas sanitarias de un establecimiento gastronómico, no basta con los pasos podálicos o la desinfección de manos, la mesa, por ejemplo, suele quedarse sin limpiar, y otros clientes, pues consumen en el mismo lugar donde antes consumieron otros.

Es importante destacar que la percepción de riesgo debe ser un sentimiento que pase por la apreciación individual, el cuidado de la salud no es un tema que solo le corresponda a las autoridades sanitarias o a los centros gastronómicos, si usted nota alguna irregularidad en el manejo del control sanitario, pues está en todo su derecho de hacer la reclamación correspondiente.

El llamado de atención incluye también a los matanceros y el comportamiento ciudadano, la apertura paulatina de centros nocturnos no significa que estamos exentos de contagio, por lo cual, es nuestro deber acatar las reglas de distanciamiento y bioseguridad en los centros de recreación, restaurantes u otros establecimientos gastronómicos.

Ailuj Casanova Barreto, directora de Salud Publica en Matanzas coincide en que, para mantener el control sobre la COVID-19 se demandan acciones eficaces y sistemáticas de vigilancia epidemiológica en todos los escenarios sociales, además del cumplimiento de normas básicas de distanciamiento social, desinfección de manos y pies y, sobre todo, del uso permanente del nasobuco en espacios públicos y cerrados.

No por repetida la norma, deja de incumplirse en algunos escenarios, a pesar del llamado y la voluntad de muchos a conservar los estándares alcanzados hasta la actualidad.

Si bien constituye una amarga moraleja la covid-19 nos enseñó que desconfiarnos puede llegar a desembocar en un error fatal.

Quizás debemos valorar el incentivo de que las unidades de la gastronomía continúen funcionando y oferten comidas de la línea económica para llevar o para entregar a domicilio y que los servicios móviles continúan extendiéndose hasta los sitios donde no hay redes tradicionales de comercio y gastronomía.

Mirar más de cerca el desarrollo del nuevo período nos permitirá concluir, que la falta de constancia puede dar al traste con desenlaces indeseados, y que el cuidado de nuestra salud, solamente está en tus manos.

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