Radio agresión, un crimen sin armas

radio agresión contra Cuba

Una verdad vertical e indiscutible es la que una vez pronunció nuestro José Martí: “La palabra es una coqueta abominable cuando no se pone al servicio del honor y del amor”.Si he consignado la brillante idea del universal héroe nacional es pensando que estamos muy celebrando los 100 años de fundada nuestra querida radio un 22 de agosto y, obviamente, convencido  del abismo tan profundo que hay entre la radio cubana de hoy, definida por Fidel como “la artillería pesada de la Revolución”,   y la de los que quieren sepultar   su noble proceso emancipador para cambiarlo   por lo perverso del capitalismo salvaje. Vale la pena, en este contexto, referir algunas simples pinceladas que caracterizan  la radio enemiga.

En primer lugar  afirmar que la radio agresión ya irrumpió en Cuba desde los primeros momentos del triunfo revolucionario, porque se hacía muy evidente que nos encontrábamos en un momento crucial derrocando todo un andamiaje perverso de la dictadura de Batista, y por tanto,  se hacía patente el propósito de separarnos del yugo imperial; se trataba, nada más y nada menos, que dejar de ser colonia yanqui con todas las implicaciones que ello tenía, y eso el imperio, como se conoce, no lo perdona. Es así como se inicia una gran cadena de atropellos, bandidajes, y todo tipo de acciones encubiertas o no para derrocar definitivamente a la revolución de Fidel y sus barbudos combatientes. Y en toda aquella situación la radio agresión se convertía –y convierte aún- en un arma preferida para obligarnos a retornar al redil yanqui.

Muchas fueron las emisoras que, buscando introducirse en la gran industria de las agresiones a Cuba se fundaron, digamos entre ellas a Radio Swan, Radio Mambí, La Cubanísima, La Poderosa, y, por supuesto, la prostituida reina de todas , Radio Martí, fundada un 20 de mayo de 1985,  verdadero insulto a la dignidad del pueblo cubano.

Por sus micrófonos   han desfilado –y desfilan- personajes tenebrosos, terroristas, politiqueros, figuras del propio gobierno yanqui y una gran legión de personajillos anhelantes de brillar ante el amo para recibir prebendas y algunos billetes verdes.

Todas estas plantas radiales fueron concebidas para criminalizar gobernantes honestos; contribuir a los llamados golpes blandos; convertir las víctimas en victimarios; lograr que la gente acepte como buena la idea “necesaria” hasta de bombardear pueblos para “salvar la democracia y los derechos humanos y otras “honorables misiones”.

Y dejo para el final de estas breves notas una información emitida por uno de estos engendros, en ese caso Radio Swan, en ocasión del intento de invasión por Playa Girón, ya que tal información habla por sí misma del odio a la Revolución.

Vea usted: “los invasores están avanzando continuamente en todos los frentes; a través de Cuba la gente se está uniendo a los invasores, junto con los rebeldes de la clandestinidad; las fuerzas de Castro se rinden en masa”. Sin comentario por lo desfachatado y ridículo.

Quedaría mucha tela por donde cortar con este tema de las agresiones radiales. Y queda claro que mientras unos se empeñan en sembrar odio, otros como los hombres y mujeres de la radio cubana aspiran a contribuir con sus mensajes a crear una sociedad limpia de la costra que deja a su paso el enemigo imperial. Celebremos orgullosos el centenario de la radio cubana. ¡Nos lo merecemos!

Autor:  Silvio J Blanco
EditorWeb: Maria Salomé Campanioni

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