Radio Sancti Spíritus: 71 años de cubanía

Setenta y un años de permanecer en el aire pueden parecer muchos o pocos. Mas, nadie negará que en ese lapso usted puede elevarse a la estatura de imprescindible. Para este pedazo de geografía del centro de Cuba, Radio Sancti Spíritus se ha tornado imprescindible. No lo aseguro yo, una periodista, que como mis colegas, vive por y para la radio; lo testifican los oyentes, que son, por suerte, nuestros jueces más severos.

La historia de Radio Sancti Spíritus comenzó a empinarse el 11 de julio de 1945, cuando los hermanos Santana Padrón sacaron al aire la señal de la emisora CMHT. En un acto de persistencia y luego de mover cielo y tierra, ellos compraron el equipamiento de una planta radial, que con el nombre también de CMHT había funcionado en Trinidad.

Como hija mimada por sus dueños, poco a poco la nueva emisora, denominada también después Radio Nacional, elevó su potencia de transmisión y ganó oyentes. Guitarra en mano, trovadores ilustres como Rafael Gómez Mayea (Teofilito) y Miguel Companioni inundaron de acordes sus micrófonos e, incluso, músicos de paso por la ciudad, como el santiaguero Antonio Fernández (Ñico Saquito), no se resistieron a actuar en la estación radial.

En medio de la vorágine de la publicidad comercial y de las noticias diversas sobre esta comarca, Radio Nacional presentó sus cartas credenciales en defensa de la cubanía, más aún después del Primero de Enero de 1959. Por esa fecha, cuando ya los rebeldes habían bajado de las montañas con la barba hasta el pecho, la emisora se sumó a la Cadena de la Libertad, mantenida en el aire hasta el 6 de enero, el mismo día en que Fidel se dirigió a los espirituanos, en una madrugada fría, rociada de llovizna.

Una vez creado el Instituto Cubano de Radiodifusión, la CMHT, Radio Nacional, adoptó el nombre de Radio Sancti Spíritus en 1962.

Con sus más disímiles matices, la emisora ha latido al compás de las realidades y destinos de la provincia, de su gente que ha hecho de la radio necesaria compañía, digo mejor, indispensable compañía.

Así sucedió aquella madrugada de junio de 2002, cuando la voz grave del locutor alertó a los habitantes de Jatibonico y poblados vecinos de la posible ruptura de la presa Lebrije, cuyas aguas podrían borrar de la faz de la tierra a esas localidades. Gracias a Radio Sancti Spíritus, más de 35 mil personas fueron evacuadas en unas tres horas. Nunca antes la emisora fue tan oportuna.

Esa es la magia y el poder de la radio. Setenta y un años lleva a cuestas esta emisora cubana, y sigue ahí para hacernos ver la vida través de los oídos.

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