Se revuelve la jauría

Pero todas estas opiniones dentro de una sociedad que, evidentemente presenta problemas económicos, no generados por el chavismo, pero sí por el enemigo de los pueblos de siempre, ni más ni menos que los gobiernos de Estados Unidos.

Claro, no descubro nada nuevo pero insisto en ello porque escucho a personas que, simplemente, se limitan a decir «los problemas de Venezuela», «el salario no alcanza», “el pueblo sufre muchas dificultades», etc.

Tales afirmaciones resultan insultantes porque le echan un velo por encima a las verdaderas causas y su culpable mayor. Todo esto me recuerda a lo padecido por Cuba desde el mismo triunfo de la Revolución y que aún padece; porque el enemigo no perdona ni admite desobediencias.

Y, por supuesto, el panorama del hermano pueblo se complica aún más si tenemos en cuenta la feroz y despiadada guerra mediática contra Venezuela, guerra que, como es sabido, es un arma predilecta para lograr que el pueblo y el mundo entiendan que en esa nación su gobierno es insoportable por ser una tiranía, no respetar los derechos humanos y, naturalmente, la otra acusación de ser no democráticos.

Definitivamente, es la misma receta ya tan gastada para aplicarla con un cinismo inaudito a todo gobierno que no quiera plegarse a los designios del imperio.

Es que hoy el enemigo no es de pantomima o simulación como hace años. Hoy se permiten el lujo de amenazar abiertamente y sin ningún tipo de escrúpulo a cualquier nación.

Por ejemplo, el Vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, le dice a Venezuela que «debe suspender las elecciones», es decir, algo así como «debes descubrirte para que yo fácilmente te apuñale», pero además, ¿ellos aceptarían que nuestros pueblos del sur soliciten suspender sus elecciones por ser una de las más antidemocráticas del mundo?

Pero es que el propio Trump sube la parada diciendo que si Maduro sale Presidente, entonces, ¡por favor lea bien!, «VAN A COMER TIERRA», «LOS INVADIMOS», etc.

Figúrese usted. ¿Qué pueden esperar nuestros pueblos? Los sensatos saben muy bien la respuesta, no otra que la destrucción, los bombardeos para que el amo siga siendo el amo. Los timoratos que se hacen cómplices de tanta bajeza se mantendrán a la expectativa pensando en algunas dádivas verdes. ¡Allá ellos con su conciencia!

En los últimos días he estado repasando una vez más la historia de Cuba, desde el principio de la colonia española, pasando por  las distintas intervenciones yanquis hasta el triunfo del Primero de Enero de 1959, comprobando lo de siempre: Aquellos de Europa por la codicia de nuestra querida isla y utilizando los métodos más crueles que puedan concebirse, como la reconcentración de Valeriano Weyler, el cepo, la esclavitud y tantos y tantos atropellos a la condición humana.

Después vinieron los «salvadores de la patria», los gringos, para sencillamente apoderarse del verde caimán y convertir a la isla en una colonia por la vía económica, de modo que los desposeídos de siempre continuarán su condición, y de este modo  favorecer a la odiosa oligarquía nacional y, naturalmente, a las grandes transnacionales estadounidenses.

¿Qué le van a enseñar al querido pueblo de Venezuela? ¿Cómo comportarse ante el verdugo?, ¿Que adopten una democracia al estilo del norte revuelto y brutal?, ¿Que comprendan lo necesario que resulta que existan las clases pudientes aplastando a los sin nada? ¿Que no es necesario para vivir tener cultura y educación? ¿Que no lean a Marx porque aquel personaje era un agitador comunista? Por favor. ¡No jodan! Aunque no soy muy amigo de las consignas hoy tengo el deseo de decirÑ  ¡Que viva Chávez!, ¡Que viva Maduro! y ¡Que viva el pueblo venezolano!

Apuesto que Maduro ganará. Si no sucede así volverá a levantarse ese pueblo. De eso estoy seguro.

 

 

 

  

 

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