Sendero eterno y luminoso

Es el mismo Fidel que viró al derecho lo que estaba al revés, el que derrumbó con brazo y mente el putrefacto sistema de crueldad e injusticia imperante en la mayor de las islas del Caribe.

El desfile militar del próximo 2 de enero, junto a la marcha del pueblo combatiente que acudirá a la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana, será ejemplo incestionable de compromiso con un proceso social transformador y auténtico.

El mundo verá todo un pueblo abrazando su socialismo sin comprometimientos que dañan su conciencia, ni intereses individualistas que menoscaben la dignidad personal.

Estarán presentes, en un solo haz, obreros, soldados, científicos, dirigentes, intelectuales, héroes de la patria sagrada, y hasta los nuevos retoños que representan la continuidad de la obra mayor, la que soñó y materializó con creces el gigante y aventajado alumno de José Martí, no otro que nuestro querido Fidel, el mismo que nos mostró su brillante concepto de Revolución, verdadera guía para cualquier hombre y mujer del mundo empeñados en construir una humanidad más justa.

La historia mostrará la continuidad histórica de las más justas ansias de dignidad nacional que laten en el corazón de los cubanos, las mismas que han comprendido muy bien que más vale el decoro que nos nutre que el oro que corroe. Pero sobre todo las cosas, porque jamás olvidaremos a nuestros muertos sagrados. Hay que tener presentes aquellas palabras de Fidel en ocasión del segundo aniversario de la caída de Frank País: «lo que queremos es que nadie pueda decir el día de mañana que nuestro pueblo se ha olvidado de sus muertos»

El 2 de enero celebraremos el aniversario 60 del desembarco del Yate Granma y el Día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), de hecho se convierte no solo en una jornada de gloria, también es un merecido homenaje al Comandante en Jefe de la Revolución Cubana.

En este preciso instante viene a mi mente las palabras que un día pronunciara Abraham Lincoln refiriéndose a la joven nación norteamericana: «el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo». Y otro pronunciamiento, en este caso de Fidel, allá en los primeros años de Revolución: «esta Revolución es de los humildes, por los humildes y para los humildes».

Es curioso lo que ha sucedido. Las ideas de Lincoln, originalmente altruistas, con el devenir del tiempo se han resquebrajado hasta el punto que hoy el gobierno norteamericano se ha convertido en un sistema del 1 por ciento, por el 1 por ciento y para el 1 por ciento.

En contraposición, las palabras de Fidel hoy resuenan más reales y vigorosas que nunca, porque tras más de medio siglo de existencia, la Revolución Cubana goza de magnífica salud, sigue batallando por el bienestar de su pueblo y proseguirá el camino emprendido desde el Primero de Enero de 1959.

Pasarán muchos años más hasta el infinito, y el pueblo continuará bregando en su afán de justicia social y paz. Algunos pobres seres seguirán soñando en vano y hasta piensen aniquilar nuestro proceso.

Si un día cometieran tamaña locura, tendrán que hacerlo conscientes de no dejar un solo cubano o cubana en pie, porque serán los que un día volverán de nuevo a la carga por el decoro y la dignidad de un pueblo entero. ¿Saben por qué?, porque la semilla que sembraron Martí, Fidel, Maceo, Agramonte, Gómez y tantos otros, volverán a florecer entre la maldad, el egoísmo y la injusticia.

 

Diciembre 2016

 

 

 

 

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