En exclusiva con Prensa Latina, el actual director del Centro de Investigaciones de Política Internacional ubicado en La Habana, enfatizó que muchos en Miami tienen un discurso público y otro en casa, una distorsión para ser aceptados socialmente en un ambiente oportunista.
En opinión del diplomático, la ultraderecha emplea los algoritmos y estrategias de comunicación en redes sociales y plataformas digitales con mensajes de odio repetidos, para trasladar la idea de que existe una comunidad cubana con un pensamiento uniforme.
Según Cabañas, se trata de una reacción de este sector a ese período 2015-2017 de acercamiento bilateral en el cual casi cinco millones de personas viajaron en las dos direcciones y hubo un retroceso de la agenda reaccionaria.
«Lo que hemos visto sobre todo del 2018-2019 hacia acá es una distorsión que obedece principalmente a la propia polarización política al interior de Estados Unidos, no es de extrañar entonces que los cabecillas de esas tendencias sean admiradores del expresidente Donald Trump (2017-2021)», señaló.
Pero Estados Unidos no es Miami -reiteró-, la coerción a la que someten a muchos artistas cubanos para que asuman una posición contra el Gobierno de la isla no ocurre para nada en Nueva York, Chicago o Los Ángeles que sí son capitales de cultura.
Cabañas rememoró que en 2017 Cuba fue el invitado principal del festival más grande de jazz de los Estados Unidos y en 2018 más de 400 artistas actuaron en el reconocido Kennedy Center de Washington.
Por otro lado, el diplomático considera que la derecha y sus conexiones vieron en la pandemia de Covid-19 un evento similar a la caída del campo socialista, por lo que apoyaron cualquier acción política extrema y el recrudecimiento del bloqueo contra Cuba.
«Eso está conectado también con la crisis interna en Estados Unidos, el Gobierno en el poder no tiene una coalición fuerte al interior del Partido Demócrata, todo esto hace que la política exterior de un Partido se diferencie muy poco de la del otro», puntualizó.
El especialista recordó que la política de Washington hacia Cuba es de Estado, no tiene que ver con quién está en la Casa Blanca.
Cabañas recordó que en el caso del presidente Barack Obama (209-2017), este abogó por los mismos objetivos respecto a la isla pero mediante una gestión de acercamiento en vez de sanciones.
El experto señaló que la comunidad cubana posee una visión variada sobre estos temas y la mayoría, según encuestas y estudios, tiene una preocupación común que es la agenda familiar.
«Por ese motivo, personas en Miami piden hoy el restablecimiento de viajes, remesas, visas y otras medidas que les permita ayudar a la familia que tienen aquí», acotó.
En opinión del experto, quienes mantienen una posición extrema son aquellos que están conectados a programas de cambio de régimen, financiados por organizaciones con pasado terrorista y cuyos vínculos con los promotores de la subversión ya están demostrados.
«Esta es una administración débil, incapaz de entender y acercarse al fenómeno cubano, al cual le tiene miedo de alguna manera, por lo que el Partido Republicano ha ido ocupando un grupo de espacios», subrayó.
De acuerdo con el exembajador, no se puede creer que el voto cubano define el Estado de la Florida, ni pensar que el color político de esa comunidad cubana es uno solo.