La radio es el medio de popularización de la música por excelencia. Desde la radio concebida inicialmente para una comunidad, para un municipio, para una región, hasta las emisoras de cobertura nacional… pero que las redes han convertido en universal. De mi patio al cielo, como diría un poeta.
No se trata solamente de disfrutar del intérprete y el tema favorito, sino de aquilatar esa entrega, de conocer esa vida, de acompañar la excelencia y la historia encarnadas detrás de una inspiración, detrás de una actuación. Así, ocurre con un género cubanísimo por excelencia: el bolero.
“Todo el mundo tiene que ver con un bolero”, me confesó un día la mismísima Elena Burke. Tuvimos la grandísima suerte de atrapar la historia del primer bolero tradicional cubano, Tristezas (1883) de la autoría de Pepe Sánchez, el primero que se conserva íntegramente, el que subió un escalón a las “cancioncitas”. Y esa historia, naturalmente, la atrapamos en la radio:
- De cómo se salvó el primer bolero, Tristezas…
Y de la historia, nos vamos a la actualidad. Sin memoria no somos, y tampoco, sin la nuevas ramas. Nos fuimos en estos finales de 2023 a la mítica Casa de la Trova santiaguera, para festejar junto a Yoel Leyva Cause, sus 25 años de vida artística en la música, y especialmente en la senda del bolero.
Llegó desde Baracoa a la antigua capital de OrIente, empezó a incursionar en los espacios musicales, peñas, centros nocturnos, teatros, y es hoy una figura imprescindible de la música. Estilo y carisma a raudales. La radio volvió allí, a ese ambiente sonoro y por un instante se lo robó para conocer su apuesta a este género.
“Mi vida, sin bolero, no es vida”, me confiesa. Ese es el título de nuestro diálogo que ahora mismo RADIAciones le invita a escuchar