Carpentier: La realidad creadora de la radio es también una maravilla

A un siglo y una década de su natalicio, gloria de las letras hispánicas, admira contemplar a una figura de su estatura asumir la radio como medio de difusión por excelencia; incluso aportándole recursos e ideas en el afán de otorgarle categoría de nuevo arte.

Carpentier trajo a Cuba desde París grandes experiencias del quehacer radiofónico, siendo el aspecto dramatúrgico el que más interés despertó en él, al extremo de considerar a la radio de su tiempo urgida de una preceptiva. Después de haber leído más de una vez el libro Alejo Carpentier y la Radio, de Oscar Luis López, llegué a la conclusión de que fue uno de los grandes práctico-teóricos del arte radiofónico, imprescindible de estudiar para una interpretación de los objetivos del medio, así como de los recursos para alcanzarlos.

Uno de los aspectos que más atrajeron a Carpentier fue su certeza de las infinitas posibilidades de la radio, al extremo de imaginar variedad de géneros hasta entonces desconocidos en el umbral de perspectivas de un medio que apenas nacía; por ello en aquel momento con limitaciones.

En fecha temprana para la radio como el 17 de diciembre de 1933 publicó en la revista Carteles un artículo titulado “El radio y sus nuevas posibilidades”, donde expresa… “que urge crear un Arte radiofónico, una preceptiva del radio, del mismo modo que existe un Arte poético y una preceptiva literaria. Las posibilidades del radio son ilimitadas. Mil géneros inéditos, pueden nacer a su amparo. Basta enfocarlo con un poco de imaginación y de iniciativa”.

Entre los otros aportes de Carpentier a la radio cuenta lo relacionado con la unidad radial. Fue para él una constante la necesidad de la fusión de la música – en su dimensión dramatúrgica –junto al texto como un todo. Estuvo convencido de lo desacertado que resultan los espacios no musicales donde la música no va en función del texto; así como de la necesaria búsqueda por parte de los radialistas de sonoridades novedosas a partir de elementos integradores del mensaje radiofónico; se pronunció así con plena propiedad porque él mismo ejerció la radio con rigor y profesionalidad, y tempranamente cayó en la cuenta de que la dramaturgia– a partir de sus sonoridades – puede originar numerosos efectos en el subconsciente de cada radioescucha.

Opino que – más que mencionar una tras otra sus frases textuales – vale mejor una relectura de sus puntos de vista que constituyen en sí postulados preceptivos a ser aplicados en nuestro medio acorde a las realidades y públicos de cada época, y en función de los destinatarios específicos de cada espacio. Es una exhortación sincera, principalmente para quienes se inician en este medio y para aquellos y aquellas que sueñan con la idea de ejercerlo algún día. Comencemos por el libro que escribiera Oscar Luis López para revelarnos las inquietudes de un cubano universal cuyo aniversario 110 ahora conmemoramos. Empeñarnos ahora mismo en esta lectura será una buena manera de celebrarlo.

Precursor de lo real maravilloso en las letras, Carpentier nos enseñó que la realidad creadora de la radio es también una maravilla.

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