¿Son bestias o humanos?
Debía existir un límite al llanto para que, a partir de él, se erija un torrente de justicia o un huracán de castigo para los que se empeñan en hacer de la maldad humana un ingrediente básico con el que debamos vivir. Millones sienten como propio el terrible sufrimiento que produjo el terremoto que le arrebató la vida a tantos miles de seres humanos en Turquía y Siria.