Siempre fui una persona muy romántica, en el término literal y también un poco peyorativamente; porque me acerqué a la radio y no tenía ninguna ambición. Sabía que tenía que hacer radio, mezclar música, presentar mis guiones, presentar mi selección musical. Durante la entrevista, en la sala de edición, al otro lado del cristal de la cabina de CMBF, Jorge Pérez Jaime no oculta su pasión por la radio y por esta emisora. Me viene desde niño. Mi familia era pobre, modesta, vivíamos todos en un cuarto, cinco personas, mi mamá y papá y tres hermanos varones; y había una radio que yo siempre acaparaba. Oía toda la tira completa de Progreso hasta la mitad. Y después, de la mitad en adelante oía todo lo que ponían de música clásica de CMBF. Así fui conociendo la música e identificándola y procesando en mi mente todos aquellos compositores, los cantantes, los intérpretes, los pianistas… Eso me encantaba. Durante los primeros instantes de la conversación, Jorge aparenta ser una persona mucho más seria de lo que es: de rostro redondo con alguna que otra arruga, mentón fuerte y afeitado, cabello corto que comienza a clarear, y unos espejuelos de armadura marrón que se quita antes de empezar la entrevista. Sin embargo, apenas comienza a hablar de la radio se relaja, incluso sonríe en varias ocasiones. Yo me acerqué primero al teatro porque me gustaba mucho y me sigue gustando. Pero lo mío era dirigir programas de radio. Eso lo supe desde siempre. De niño cuando oía las estaciones, yo veía el milagro de poner una puesta en escena con personas caminando, corriendo, bañándose en el agua y disfrutando de una playa, cuando en realidad la radio es un cuartico como tú ves aquí ahora con micrófono, con efectista, con sonidista, con actores. …